Como ciudadano, tengo una preocupación inmensa. Al país se le viene acostumbrando a participar exclusivamente desde dos opciones. No se les está permitiendo a sus ciudadanos, discernir y diseñar alternativas ni construir variables de pensamiento y comportamiento. Sólo, estamos siendo orientados hacia un esquema predeterminado: Inducidos a manifestarse entre el SÍ y el NO. Pareciera que el inocuo plebiscito, en el que aparente y perversamente el gobierno nos convocó a decidir sobre la paz o la guerra como política pública, hubiese sido la piedra angular de la polarización ciudadana en la que estamos, intencionalmente o no, de una u otra forma involucrados, conducidos hacia un final cuyo destino sólo conocen aquellos que construyeron la ruta y que con la ayuda de una grande y verdadera integración vertical, de la cual forman parte miembros de las tres ramas del poder público, directores de medios de comunicación, integrantes de la fuerza pública, algunos centros de pensamiento y algunas organizaciones multilaterales, nos mantienen y sostienen en una embarcación con brújula y destino.
No fue necesario el plebiscito, ni era necesario. De hecho, el mandato popular no fue acatado, pues no era un referendo revocatorio ni confirmatorio del artículo 22 de la carta. La paz ya estaba contemplada como derecho y deber desde la promulgación de la Constitución Política de 1991. El plebiscito, en cambio, sí resultó importante insumo para avivar pasiones, sectarismos,
miedos y temores y de esta forma transpolar la guerra activa a una dialéctica agresiva, motivadora y dinámica y por ende polarizante.
Hoy y después del plebiscito, se discuten conceptos y criterios desde la religión y la fe, versus el materialismo extremo. Pretenden imponernos dos matices, el pro-castro chavismo versus un nacionalismo denominado de derecha, que a su vez acusa al sector antagónico de comunista. Los medios de comunicación replican y ensordecen, no les interesa más que insistir en la profundización y agudización de las dos aparentes contradicciones. Mientras el común comienza a tomar orilla entre los dos extremos. Por un lado Caracol TV. impulsa un dogma al que se opone RCN TV. Y ahí vamos todos, al vaivén del oleaje, rumbo al destino marcado por eso que llaman y que no conocemos pero que dicen que existe: El establecimiento, que hoy en una alianza con la comunidad internacional ha trazado nuestro rumbo y puerto de destino.
Los acontecimientos políticos en Colombia, se leen de acuerdo a cómo nos lleguen procesados por cuenta de los grandes medios que integran la alianza. Las mayorías piensan en cual debe ser la mejor opción. Esas mayorías, cada una por su lado opinan. Los unos, que se debe estar con el uribismo o con lo que llaman derecha, los otros con el gobierno, o mejor, con la unidad nacional que es lo mismo y que sería el símil del pro comunismo. Vaya paradoja. Como si Santos fuera de verdad comunista. Otros con escepticismo, una minoría, opina que todos resultan ser harina del mismo costal.
En mi opinión, la ideología de género debe leerse al margen de la fe y de las iglesias, desde luego respetando sus criterios. Nada más
absurdo que para imponer control natal y disminuir el acelerado crecimiento poblacional, se promueva una cultura y un comportamiento contra la generalidad natural y se convoque a constituir la excepción en regla. Lo que no se debe es promover, ni tampoco reprochar el comportamiento individual e íntimo no acorde con la generalidad natural, ello corresponde a la órbita privada e íntima en los dos escenarios, el de la madurez y la inmadurez psicológica.
La comunidad global debe adoptar políticas de educación en sexualidad y planificación familiar con acceso a los modos y métodos. Una sociedad mundial doble moralista que cierra sus ojos ante la hambruna, y que también lo hace ante los dueños de las patentes de los métodos de planificación que impiden su acceso por el elevado costo que representan sus precios, inalcanzables para las parejas de bajos ingresos. Esta sociedad está en riesgo; va rumbo al cataclismo. No es concentrándonos en la discusión de SI o No al aborto. Es concentrándonos en la oportunidad de acceso a la educación para evitar embarazos tempranos y no deseados, y métodos de planificación al alcance económico con criterios de gratuidad.
Lo polarización fatiga, genera desesperanza, desasosiego. La franja ciudadana que se ubica en medio de la oscilación, puede estar llamada a decidir el futuro de la patria. Es necesario encontrar ese equilibrio que podría estar determinando la fuerza catalizadora del ahora conflicto dialectico de dos extremos. La estabilidad de la Nación, la seguridad, la certidumbre económica deben ser pilares para que el país avance. Si el centro aparece, seguramente habrá un escenario para proponer la distensión de los extremos.
Publicado: noviembre 21 de 2017