Esta fue la “semana de pasión” para la JEP. El gobierno y las Farc se sentían triunfadores, pero todo cambió.
La semana de Pasión para la JEP
La semana que termina fue “de Pasión” en el Senado de la República para Santos y las Farc: no lograron la aprobación de un solo artículo del proyecto de Ley Estatutaria conocido como la JEP.
Semejante derrota pone en peligro la aprobación de este proyecto y la reforma política, que según el ponente, Horacio Serpa, “son el almendrón del acuerdo de paz”. Desde el próximo martes 14, el congreso solo tendrá dos semanas y media para aprobar dos actos legislativos, una ley estatutaria y conciliar otro acto legislativo, el que crea las 16 circunscripciones de Cámara de Representantes para las Farc. Esa aprobación masiva de normas antes del 30 de noviembre, aún con el mecanismo extraordinario del fast track, suena a misión imposible.
De la risa a la angustia
El martes, en el senado todo eran risas y alardes triunfalistas de las Farc y de los ministros Rivera (Interior) y Villegas (Defensa). La aprobación de la personería del partido Farc por el consejo nacional electoral, incitó a los guerrilleros a hacer declaraciones triunfalistas, desplantes políticos y provocaciones a las víctimas de sus crímenes. No contaban con la reacción indignada de la opinión pública. Las Farc dieron a entender que la impunidad pactada con Santos era una obligación automática de la sociedad colombiana y que el Congreso debía actuar como un simple notario. Y cuando tuvieron su personería en la mano, procedieron a lanzar a Timochenko –un sujeto pedido en extradición por la justicia norteamericana- como su candidato presidencial. Luego hicieron subir la temperatura política nacional al grado de ebullición, cuando anunciaron que en las listas de candidatos al Senado y Cámara de Representantes de las Farc, solo inscribirían autores confesos de delitos atroces.
La plenaria del Senado del martes de esta semana que termina, fue citada para horas de la mañana. El plan del gobierno y de las Farc era evacuar ese día los impedimentos; el articulado (161 artículos) se aprobaría el miércoles y el jueves. Se anunció que, de ser necesario, habría sesión el viernes.
La treta del quorum
Nada salió según los planes de Santos y las FARC. El ministro del Interior, el inexperto Guillermo Rivera, tuvo la “genial” idea de que se aprobara la mayor cantidad posible de impedimentos de senadores del Centro Democrático, Cambio Radical y Partido Conservador. Luego anunció que el quórum, de acuerdo a una norma aprobada en 2015, era la mitad más uno de 88 senadores y no de 102, que es el numero de integrantes, puesto que se aprobaron 14 impedimentos. Cuál no sería la sorpresa del ingenuo ministro, cuando le explicaron que, efectivamente, el quórum cambiaba, tal como él decía; que bastaba la presencia de 45 senadores (normalmente se requiere 52). Pero que lo que no cambió, fue la mayoría necesaria para aprobar una ley estatutaria. La Constitución ordena que sea la mitad más uno de los integrantes del senado, es decir, 52. Ese solo asunto copó la sesión del martes y parte de la del miércoles.
Luego, los ministros y el ponente se malquistaron con los conservadores. Las Farc exigieron negar una proposición conservadora que modificaba la enunciación de los principios que rigen la JEP. Ese gesto radicalizó las posiciones del partido conservador. De ahí en adelante se acercaron a las bancadas del CD y del CR.
La leguleyada de Horacio Serpa
El miércoles, el ponente Horacio Serpa, instruido por los senadores santistas Barreras y Benedetti y animado por los ministros de Justicia, Interior, Defensa y Hacienda, pretendió otra leguleyada que se convirtió en su propia trampa dilatoria, puesto que generó un debate que copó las sesiones del miércoles y jueves y obligó a la conformación de una comisión que deberá presentar informe la próxima semana. El senador del Centro Democrático, José Obdulio Gaviria, presentó 159 proposiciones “supresivas” de otros tantos artículos. Gaviria explicó a sus colegas que a su bancada se le había limitado el uso de la palabra en el primer debate (comisiones primeras conjuntas); que cada uno de los 161 artículos, por la nefasta trascendencia que tendrán en la vida nacional, merecía ser leído y analizado en detalle para que quedara la constancia histórica; y que el reglamento del Congreso lo facultaba para hacerlo.
El ponente, otra vez aceptando el papel de consueta del Ministro del Interior, propuso votar en bloque y negativamente, las 159 proposiciones del senador Gaviria. Los únicos que defendieron públicamente la posición del ponente y del gobierno fueron los representantes de las FARC, la senadora Claudia Nayibe López y Roy Barreras. La senadora liberal, Viviane Morales, demostró que la propuesta era violatoria de la Constitución. Nada valió. La proposición de Serpa fue aprobada con menguadas mayorías. Pero su triunfo fue pírrico, con sabor a derrota: habían despilfarrado -Serpa, las FARC y el gobierno-, tres días de sesiones sin que todavía se haya aprobado un solo artículo de la JEP.
Amanecerá y veremos…
Publicado: noviembre 10 de 2017