En el santismo manejan la hipótesis de que el presidente, arbitraria, ilegal y abusivamente, puede aprobar la JEP por decreto.
Las penurias del gobierno
Al gobierno de Santos, se le acabó la gasolina, o mejor: la mermelada. Y la prueba de ello es el desbarajuste en el Senado de la República, donde las mayorías de la denominada unidad nacional son cosa del pasado.
Los parlamentarios que apoyaban al régimen al parecer se esfumaron, cuando faltan menos de 5 meses para las elecciones de congreso.
De cara a la votación de los impedimentos presentados por más de 20 senadores antes de comenzar la discusión de la JEP, se demostró que el gobierno no tiene el número de parlamentarios suficientes para lograr que esa iniciativa pueda ser votada de acuerdo con los intereses de la banda terrorista de las Farc.
Preparando una nueva trampa
El Nobel de paz Santos, ese mismo al que la parcializada revista Semana llegó al extremo de lambonería de calificarlo como un “líder regional”, prepara una nueva trampa a la democracia.
Ha trascendido la versión según la cual, el gobierno aprobaría a la JEP por decreto, luego de declarar estado de conmoción interior.
Si eso llegara a suceder, estaríamos de cara a un golpe de Estado, pues el gobierno pasaría por encima de los lineamientos del denominado acto legislativo para la paz y de paso pisotearía la decisión que en su momento adoptó la corte constitucional cuando le dio vía libre al Fast Track.
Que respete la democracia
Santos debe respetar la separación de poderes y la democracia. Si el congreso no le aprueba sus arbitrarias iniciativas, debe aceptarlo. Eso de decretar un estado de conmoción interior para pasarse por la faja el resultado en el congreso de la República es inaudito y se constituirá en la estocada final de nuestra democracia, herida de manera grave en el mismo instante en que el gobierno se robó el plebiscito de octubre del año pasado.
Santos, un abusivo
Cuando el pueblo soberanamente le dijo NO al acuerdo Santos-Timochenko, el presidente se limpió los zapatos con el veredicto popular, acudiendo al congreso para que fuera éste el encargado de aprobar el acuerdo.
Ahora que el congreso no le sirve, entonces Santos planea pasárselo por la faja a través de la conmoción interior.
Aquello, pone en evidencia el talante arbitrario y abusivo del presidente de Colombia.
Publicado: noviembre 2 de 2017