Han trascendido unas grabaciones del exgerente de las campañas de Santos, Roberto Prieto Uribe, quien con toda tranquilidad da a entender que su situación ante la justicia está solucionada, dando una evidente muestra del poder que en efecto tiene, gracias a su sociedad y complicidad criminal con el presidente de la República, Juan Manuel Santos.
En dichas grabaciones, Prieto, que es el perfecto ejemplo del delincuente de cuello blanco, empleó los peores términos para referirse a los periodistas que han revelado sus actividades al margen de la ley.
Considera él que aquellos que han denunciado sus fechorías son unos tal por cuales, cuando la situación es exactamente contraria. Tal por cual es el que valiéndose de su poder, extorsiona empresas para que le sean adjudicadas las licitaciones en las que participa, o el que aprovecha su amistad con el presidente de la República para hacer que su empresa familiar se llene de contratos con entidades públicas. Tal por cual es el que se roba millones de dólares en maletines que le son entregados en hoteles capitalinos, o el que infiltra a la fiscalía para que desde allá le den “feed back” de los procesos que se adelantan en su contra.
Roberto Prieto es un criminal nato al que desafortunadamente se le ha garantizado, hasta ahora, la impunidad. Mientras sus cómplices están yendo uno por uno a la cárcel, a él la justicia no lo ha tocado. Ha pasado cerca de un año desde que estalló el escándalo de Odebrecht y Prieto sigue libre y, lo que es peor, contratando con el Estado a través de su gigantesca red de testaferros.
A Santos le conviene que Prieto siga libre y llenando sus alforjas, pues así tiene garantizado su silencio. Lo de ellos, más que una sólida amistad, es un pacto de cómplices. Prieto lo llevó a la presidencia con dinero sucio y Santos le devolvió el favor volviéndolo multimillonario con dinero del erario.
En la interceptación legal que se le hizo a Prieto, hay un elemento que llama poderosamente la atención: que él siga mandándole documentos y cartas al presidente Santos. Aquello es en extremo delicado, puesto que Prieto es una persona que está siendo investigada por la justicia.
Pedirle transparencia a Santos es un imposible, pero resulta fundamental que el presidente, que está involucrado en un caso de lavado de dinero gracias a su participación en una empresa listada en los denominados Paradise Papers, le revele al país los alcances reales de sus conversaciones con el individuo Prieto, luego de que empezara el proceso por la financiación ilícita de su campaña presidencial.
El país no puede llorar por un solo ojo. La justicia debe llegar a todos los rincones, sin importar quienes terminen tras las rejas. Es evidente que para el fiscal general tomar decisiones contra Prieto implica un costo muy alto, por cuenta de la íntima relación que hay entre ese delincuente y el presidente de la República. La buena noticia es que Néstor Humberto Martínez ha dado sobradas muestras de independencia, pero sobre todo de verticalidad.
Publicado: noviembre 14 de 2017