El tibio fallo en contra del integrante de las Farc abre una peligrosa compuerta en contra de la libertad de prensa mientras la FLIP guarda un comprometedor silencio
El fallo del Tribunal Superior de Bogotá en el que niega en primera instancia la acción de tutela interpuesta por el terrorista Jesús Santrich es una decisión salomónica, tibia y que deja ver el temor de los magistrados a fijar una posición de fondo frente a la libertad de información versus las pretensiones de la cúpula guerrillera de arrodillar a la prensa y a sus contradictores.
En lo que se refiere al aparte del fallo sobre la periodista Salud Hernández y el portal El Expediente.co, el tribunal no admite la tutela argumentando que Santrich no cumplió con los requisitos y el debido proceso como son una previa solicitud de rectificación. Los magistrados, empleados subordinados de la Rama judicial envuelta recientemente en uno de los peores escándalos de corrupción de la historia, evitan meterse en problemas con las Farc y el alto gobierno y no emiten ningún pronunciamiento frente a un individuo que figura en la lista de terroristas elaborada por los Estados Unidos. ¿Hará lo mismo la Corte Constitucional cuando revise el caso?
Santrich es investigado por asesinatos selectivos y crímenes de lesa humanidad y según anteriores sentencias de la Corte Constitucional »quien incurre en la comisión de una conducta punible asume el riesgo de perder su buen nombre el cual es el resultado de su buen comportamiento en sociedad».
A pesar de ello, el Tribunal resulta exhortando a »los periodistas, a las Farc y a la sociedad, a resolver las diferencias con el poder de los argumentos y no de la violencia» ¿Acaso han sido los periodistas y no las Farc quienes han usado las armas? No conozco a ningún colega que haya asesinado a otro colombiano, menos por el simple hecho de pensar distinto.
Así las cosas el fallo que niega la acción de tutela a Santrich es un victoria pírrica para la prensa que deja más preocupación que tranquilidad y abre una compuerta peligrosa para que las Farc sigan instrumentalizando la justicia para lograr sus propósitos: La piedra angular de las dictaduras modernas no son los fusiles, es la toma lenta y progresiva de las instituciones y los poderes del Estado y cuando cae la libertad de prensa, todo está perdido.
El periodismo no tiene la tarea de limpiar el nombre a alguien que lo ha manchado con sus acciones y omisiones; tampoco la de maquillarlo para dar gusto a magistrados que creen gozar de una superioridad moral. Los periodistas tampoco estamos obligados a borrar los hechos del pasado pero si es nuestro deber buscar esos hechos, enlazarlos e interpretarlos para traerlos al presente, transmitirlos al público y explicar su relación con el presente.
¿Qué dice la Fundación Para la Libertad de Prensa (FLIP) que preside Juanita León y dirige Pedro Vaca?
Horas antes de escribir esta columna me comuniqué con el director de la FLIP y le pregunté por qué a diferencia de otros casos en esta oportunidad no se habían pronunciado frente al intento de Santrich de amordazar a la prensa a través de acciones judiciales. En efecto, a la fecha no existía ningún pronunciamiento, pero luego de la pregunta, en la cuenta de Twitter de la Flip apareció este trino: »Todo actor que se exponga al escrutinio público debe ser tolerante a la crítica. Las Farc y sus voceros entran en esa categoría».
El tres de marzo de 2016 en la página de la FLIP y en su cuenta de Twitter se publicó un documento titulado »El proceso de paz no puede tener costos de restricción a la libertad de prensa» en que se advertía de los riesgos que el proceso entre el gobierno Santos y la guerrilla estaba generando frente a la posibilidad de los reporteros de informar con libertad.
Sin ninguna advertencia a los lectores el link de ese comunicado fue retirado de la pagina de la FLIP.
Seis meses después, en septiembre de 2016, publicaron un análisis en otra dirección titulado: »Con el fin del conflicto con las Farc gana la libertad de prensa». El director de la Flip Pedro Vaca explicó el retiro de las notas en las que advertían sobre los riesgos del proceso de paz frente a la libertad de prensa como ‘un error de la nueva página’.
La conclusión del fallo y de la tímida actuación de la Flip es que la libertad de prensa está en alto riesgo frente a las intenciones de las Farc de llevar al cadalso a todo aquel que recuerde sus crímenes y los periodistas nos estamos batiendo entre el acoso judicial de los corruptos y ahora de las Farc, las amenazas y los montajes judiciales de los enemigos de la verdad.
Publicado: noviembre 11 de 2017