Pensaba continuar con mis cavilaciones, pero las sorpresas de nuestro presidente me dejaron turulato.
La Corte Constitucional devolvió al Congreso la facultad de discutir y modificar las leyes que hubiesen pasado por la CSIVI, que el acto legislativo había castrado, razón por la cual la JEP estaba cerca de que los votos a favor y en contra terminaran en empate dejándola en tablas. No obstante, Santos en un acto audaz e ilegítimo como la mayoría de los suyos, reglamentó la ley inexistente por decreto y días después de este adefesio, fue aprobada como cohete por el congreso ante la amenaza de Santos de repudiar al partido que no votara a favor de la JEP y la amenaza de quitarles puestos y mermelada. El mago Houdini al lado de Santos era un pobre patihinchado.
Para La Farc y el gobierno la JEP es la espina dorsal de los acuerdos. Ya había sido integrada por magistrados de clara ideología compatible con la de los nuevos héroes de la patria, para que sus crímenes de lesa humanidad queden impunes y reciban condenas alternativas como las de sembrar maticas en el jardín y dar instrucción de su brillante ética y comportamiento en las escuelas.
También la JEP decretará el relevante narcotráfico, la minería ilegal y el lavado de activos como delitos conexos, para premiar el altruismo de su admirada rebelión contra un estado opresor y depredador de sus derechos. Pero no quedará ahí, deberá vengarse de los guerristas a los que les dio por votar NO al plebiscito, y lo ganaron; pero que su jefe supremo, a buena hora, decidió pasarse por la faja.
Paulatinamente se va complementando en el congreso la implementación de los álgidos temas que no alcanzaron a reglamentarse por simple decreto, basándose en el artículo 22 de la Constitución que establece que la paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento, que no he visto plasmado en el NAF (Nuevo Acuerdo Final) con cuyas 312 páginas de espantosa redacción, el avezado rábula español Enrique Santiago, que no puede ejercer la profesión en su país, y el intimo amigo de los comandantes farianos, Álvaro Leiva Durán, lograron sustituir la Constitución.
Claro que no importa si en en el congreso las leyes se modifican o cambian las aspiraciones de La Farc. Si a ellos no les gusta, el gran jefe pluma blanca no tardará en encontrar adecuado esguince para darles gusto a los nuevos amos de Colombia, como lo hizo robándose la voluntad del pueblo soberano, con una resolución emitida por sus áulicos.
También esta semana logró Santos la extradición de Andrés Felipe Arias, hoy detenido en Estados Unidos con el argumento de que podría fugarse. No conozco personalmente a Andrés Felipe, pero estoy seguro de que jamás recibió un solo peso para su beneficio. Lo que pasa es que era un rival incontenible para Santos a la presidencia y tenía que anularlo como lo hizo con Luis Alfredo Ramos y Oscar Iván Zuluaga y como tratará de hacerlo con cualquier candidato que pueda ser molesto para La Farc.
Curiosamente, Andrés Felipe fue condenado por los miembros de la Corte Suprema hoy encartados por corruptos. Los mismos que también recurrieron al cartel de los falsos testigos para condenar inocentes considerados enemigos de su gran mentor.
El rincón de Dios
Porque el Señor ama la justicia
y no abandona a quienes le son fieles.
El Señor los protegerá para siempre,
pero acabará con la descendencia de los malvados. Salmos 37:28
Publicado: octubre 6 de 2017