Uno de los principales problemas de movilidad en las ciudades de Colombia, son los choques simples. La deficiencia de infraestructura vial y de transporte público masivo, son problemas estructurales que requieren inversión y planeación a largo plazo, pero los choques simples –colisiones donde no hay muertos ni heridos- se han vuelto un dolor de cabeza, cuyo remedio es más simple, más rápido y más barato que la construcción de vías, metros y transmilenios.
Es fundamental mejorar nuestra infraestructura de transporte, ampliar y reparar la malla vial, construir metros, trenes y transmilenios, pero hay una serie de medidas urgentes para generar un impacto positivo en la movilidad, en el corto y el mediano plazo. El crecimiento desmedido del parque automotor, especialmente de motos, está colapsando la movilidad en los grandes centros urbanos del país y generando un problema de seguridad vial y salud pública de incalculables proporciones.
La principal causa de muertes violentas en Colombia, por encima de la violencia asociada al narcotráfico y la delincuencia, son los accidentes de tránsito. El año pasado se reportaron 7.280 muertes en las vías del país, en promedio, cada día mueren 10 motociclistas en accidentes de tránsito. Según Fasecolda, en el 87% de los accidentes de tránsito en Colombia, donde hay muertos y heridos, hay una moto involucrada.
Actualmente tenemos un parque automotor cercano a los 7 millones de vehículos, la mitad de ellos en Bogotá y Cundinamarca, con una tasa de crecimiento del 6% anual, aproximadamente. De ese total, apenas el 30% cuenta con pólizas de aseguramiento voluntario, es decir, 7 de cada 10 vehículos transitando no tienen la capacidad de responder por los daños que puedan ocasionarle a terceros, a pesar de que conducir un vehículo a motor es considerado una actividad peligrosa.
Según cifras de la secretaria de movilidad de Bogotá, el tiempo promedio para resolver un choque simple en la capital es de 1 hora y 40 minutos. Requiere que al menos dos agentes de tránsito se movilicen al lugar de los hechos, levanten un croquis y luego, en un proceso judicial, se determine la responsabilidad de alguno de los involucrados. Esto implica, que un choque cuyos daños no superan 1 salario mínimo, le genere millonarios costos al conjunto de la sociedad.
Si sumamos el costo de los policías, que en lugar de estar velando por la seguridad en los barrios tienen que acudir a resolver un problema entre dos particulares, más el costo de congestionar la administración de justicia con un problema de menor cuantía, más el tiempo perdido en trancones de miles de ciudadanos que no tienen nada que ver, más el daño ambiental de las emisiones de gases contaminantes a causa de vehículos encendidos que no avanzan, más los problemas de inseguridad y generación de empleo asociados al mercado negro de autopartes robadas y de contrabando, fácilmente podemos concluir que es fundamental exigirle a los conductores de vehículos particulares contar con un seguro de choques simples que permita cubrir el riesgo que cada uno genera.
Reducir los accidentes de tránsito no solo es mejorar los tiempos de desplazamiento, es reducirle los costos al conjunto de la sociedad, pero sobre todo, es salvar vidas. Por eso presentaré, a consideración del Congreso, el proyecto de ley de Movilidad Responsable.
Publicado: octubre 13 de 2017