Juan Manuel Santos (JMS) ha hecho lo que le ha dado la gana, nadie ha hecho uso de tanto atropello, ni de tanta altanería, utilizando el poder del Ejecutivo para practicarlo. Haciendo abuso del dinero de los colombianos para comprar toda clase de conciencias, dejando un país sumido en un gran deterioro económico y social, un país desinstutionalizado y criminalizado, un país inundado de la materia prima principal del delito: los cultivos de coca y la producción de cocaína.
Uno no puede explicarse que su comportamiento sea una estupidez o un plan macabro para acabar con la patria y darle camino de la entrada al Neomarxismo, solo con el propósito, como anarquista e iconoclasta que es, de quedar grabado en la memoria de la historia. Semejante a aquellos energúmenos que destruyen las obras de arte.
El Acuerdo de Paz de la Habana solo logrará hacer metástasis a la violencia. La violencia ha estado algo dormida, y soterrada. Y ha habido una relativa paz porque los cultivos de coca y la producción de cocaína han sido declarados intocables por exigencia de la Farc. En el momento en que se haga se desatará, como ya lo vemos, una cruda violencia.
La violencia fariana se descentralió y ahora la ejercen clanes asociados; disidencias de la Farc EP (que será su brazo armado), ELN (que estaba extinguido). Pero a JMS, le importa un bledo todo, le importa un bledo en lo que ha sumido a la patria, al fin la cabo él no tiene patria, porque su única patria es su ego y el vestido de paño inglés que lleva puesto.
Como recuerda a Catalina y su deseo irreprimible de adueñarse del Estado como si acaso fuera un Cesar, como si acaso él solo fuera el Estado, y que para conseguirlo no ha tenido el menor escrúpulo de llevarse en banda las instrucciones colombianas.
¿Hasta cuándo Juan Manuel Santos abusarás de nuestra paciencia?
Publicado: octubre 12 de 2017