Vivo muy impresionado de como la izquierda latinoamericana sigue creciendo y reclutando gente con el mismo discurso cuando no tiene un solo ejemplo de éxito en la región. Los países que han adoptado esquemas parecidos han fracasado estruendosamente. Casos como Cuba, Venezuela y Nicaragua demuestran que la izquierda en la región es corrupta, oligárquica, ineficiente y muchos de sus líderes son más charlatanes populistas que ideólogos de izquierda.
La ideología de izquierda tiene muchísimas contradicciones y aunque el discurso es más fácil de vender que el de la derecha, estas contradicciones los hacen vulnerables.
Fíjense por ejemplo en uno de los principales puntos que defienden a muerte, la autonomía de los pueblos y el rechazo a la intervención de otros países en asuntos internos. Rechazan la inversión extranjera e hicieron historia con la frase “Yankees Go Home” o la quema de banderas de Estados Unidos en las manifestaciones, pero al mismo tiempo aceptan que sean extranjeras las personas que elijan a los cincuenta y un jueces de la JEP o que vengan médicos y asesores cubanos a nuestros países. Todavía me acuerdo el pleito que armó Chávez con las bases norteamericanas que se querían poner en Colombia mientras que el ejército venezolano está infiltrado de militares cubanos hasta los tuétanos.
Otro tema contradictorio es su lucha frente a la corrupción. Son consientes que el Estado es corrupto e ineficiente por naturaleza, pero al mismo tiempo están a favor de crecer el tamaño de la cosa pública, volverlo todo poderoso y que el Estado sea además empresario. De esa manera terminan generando más corrupción y más ineficiencia, pero para ellos las privatizaciones son inaceptables así la compañía esté quebrada, sea un nido de corrupción o no sea viable.
Hablan de democracia, dicen defenderla, denigran de las dictaduras, pero le rinden pleitesía a los Castro que llevan más de cincuenta años subyugando al pueblo cubano.
Son defensores de los animales, hacen marchas en contra de las corridas de toros, dicen que la vida es sagrada, pero aprueban el aborto. Pareciera que fuera más importante para ellos la vida de los animales que la de un recién nacido.
En cuanto a íconos de camisetas y banderas también está complicada la situación. Aceptan la ideología de género y el matrimonio entre personas del mismo sexo con la adopción de menores, pero su insignia es la cara del Che Guevara; un reconocido homofóbico que organizó campos de concentración para homosexuales.
Ni hablar del tema económico y de manejo de la hacienda. Quieren tener un Estado grande y controlador, pero son bastante flojos para pagar impuestos. Les gusta gastar mucho y aumentar déficit fiscal de los países poco confiables para conseguir recursos, pero a medida que no fomentan la iniciativa privada, nacionalizan y quitan empresas a los privados, el Estado recibe cada vez menos ingresos.
Por último, hablan con mucho orgullo de la educación en Cuba. Dicen que es muy buena, quizás la mejor del continente, pero no sirve de nada porque al no existir la iniciativa privada no se genera valor. Es por eso que en Cuba el único trabajo que hace la diferencia en ingresos es el oficio más antiguo del mundo y el hambre ha minado tanto la moral de las familias que aceptan que sus miembros lo hagan.
Publicado: octubre 9 de 2017