El filósofo del pueblo, Martín Emilio Rodríguez, más conocido como “Cochise”, dijo alguna vez que en Colombia se muere más gente de envidia que de cáncer. ¡Y vaya que al gran campeón de ciclismo antioqueño el tiempo le sigue dando la razón con su frase!
Resulta que esta semana el ex vicepresidente Germán Vargas Lleras concedió una entrevista al Canal Caracol. Llevaba por lo menos dos años sin dar un reportaje en extenso.
Entonces, para romper su silencio, el que muy seguramente será el próximo presidente de Colombia aceptó la invitación de Juan Roberto Vargas, director de Noticias Caracol, y a quien, sin ser su amigo personal, referencio desde hace muchos años como un reportero serio, respetuoso y, sobre todo, estudioso.
Apenas terminó la entrevista con el ex vicepresidente, en las redes sociales y en la competencia de Noticias Caracol –léase radio, televisión y prensa escrita– se querían comer vivo a Juan Roberto Vargas.
Eso le dieron hasta con el palo de la escoba y le dijeron de todo. Que era un mal periodista, que se había dejado regañar del entrevistado, que era un lambón y un hombre sin carácter, que dónde había aprendido el oficio, que la entrevista en mención había sido un publirreportaje y que, en síntesis, había sido un mandado solicitado por Vargas Lleras a los dueños del Canal Caracol. En fin, un poco de incongruencias que nada tuvieron que ver con la realidad, es decir, con la verdad de lo que pasó en la entrevista.
Pues bien, para escribir esta columna me tomé el trabajo de ver en tres oportunidades el polémico material periodístico. Créanme: contrario a lo que han dicho los malquerientes de Vargas Lleras, de Juan Roberto Vargas y de Noticias Caracol, no se trató de un publirreportaje ni mucho menos. Fue una entrevista con todas las de la ley y, por ende, con todo el rigor entre dos profesionales.
Debo advertir que no soy periodista de profesión, pero me precio de ser cercano a muchos de ellos y de ellos he aprendido cosas elementales de su trabajo. Cito dos por encimita: lo más importante en la labor del periodista es la noticia y el periodista nunca se puede dar el lujo de pelear con el entrevistado y mucho menos maltratarlo, sea quien sea.
“Antes de ponerse a pelear con el personaje de la entrevista, es mejor que el periodista interrumpa y se vaya. ¡Y todos contentos!”, me comentó ayer un veterano reportero de prensa escrita.
Entonces, en eso de respetar al entrevistado, Juan Roberto Vargas cumplió con todas las de la ley, así Vargas Lleras hubiera utilizado varias veces durante la entrevista ese tono medio regañón que, en realidad, muestra autoridad y carácter.
Ahora veamos si la entrevista entre los Vargas –Germán y Juan Roberto– dio noticia. Eso se puede demostrar con frases clave y con titulares:
“Lo que no puede ocurrir es que un partido lícito (como supuestamente será el de las Farc)… deje una retaguardia estratégica narcoparamilitar a través de la figura de los disidentes”.
“En 2012 había 42.000 hectáreas de coca, hoy vamos en 200.000”.
“El gobierno identificó a 254 colados en las Farc”.
“Un narcotraficante mexicano del cartel de Sinaloa se coló en las listas de las Farc”.
“Las Farc nunca han aceptado denunciar a los testaferros”.
“En el Congreso de Estados Unidos se investiga a las Farc por lavado de activos por más de dos billones de pesos”.
“Lo que muchos no entendemos es a qué horas nos cambiaron el juez natural a 48 millones de colombianos” con la Jurisdicción Especial para la Paz.
“El primer candidato a someterse a eso (de la JEP) será el ex presidente y hoy senador Álvaro Uribe”.
“Yo no creo que haya que hacer trizas el proceso de paz” entre el gobierno y las Farc.
“Yo no he tenido ningún contacto con el ex presidente Uribe… desde hace nueve años”.
Y como las anteriores, muchas más frases destacadas que cualquier otro reportero del país hubiera querido tener de primera mano –o en primicia– en sus espacios periodísticos.
Pero no, resulta que como la entrevista fue para Juan Roberto Vargas todo estuvo mal y todo salió al revés. ¡Por Dios! ¡Eso se llama envidia y punto! Tan es así, que al día siguiente de la entrevista de la controversia a todo el mundo le tocó salir a buscar a Vargas Lleras.
El verdadero coscorrón no es para Juan Roberto Vargas. El coscorrón de Vargas Lleras lo dio al haber ayudado a muchas familias a conseguir mejor calidad de vida. Ese coscorrón espera darlo desde la Presidencia.
P.D. El lunes pasado, la psicóloga del Barcelona Fútbol Club, Imma Puig, concedió una entrevista a El País de Madrid y, entre otras muchas cosas interesantes, dijo “que no se te ocurra pedir que te quieran. Esto pasa mucho en el mundo del deporte de élite. Y mucha gente dice eso de que ‘con lo que cobran, tendrían que correr por todo el campo sin parar’. Y esto es envidia”. Y añadió que “la envidia y los celos son males endémicos de estas sociedades. Y llevan, a veces imperceptiblemente, al maltrato psicológico. Que se da entre iguales, entre superior e inferior y a veces hasta de inferior a superior”.
Publicado: octubre 20 de 2017