Aparece canal de YouTube en el que Gustavo Moreno, acompañado por ‘porcino’ capacitaba a funcionarios de la fiscalía de Montealegre.
A través de las distintas diligencias judiciales a las que ha comparecido en calidad de delator y testigo, el corrupto Luis Gustavo Moreno ha ratificado una y otra vez que él era una simple y vulgar fachada a través de la que la Bacrim Judicial tramitaba multimillonarios sobornos.
El propio Moreno ha reconocido que era imposible que una persona como él, sin mayor trayectoria, capacitación y experiencia, pudiera cobrar honorarios tan elevados como los que le fueron desembolsados por quienes utilizaron los “servicios” corruptos del también llamado cartel de la toga.
Moreno era un perfecto maniquí al que llenaron de logros y gloria ficticios. Lo convirtieron, a punta de plata, en profesor, tratadista y litigante, cuando en realidad era un arribista dedicado a cometer toda suerte de delitos, amparado en su tarjeta profesional y protegido por sus padrinos en el crimen: Ricaurte Bustos, Montealegre, Perdomo y Malo.
Cuando la Bacrim judicial empezaba a operar, recurrió a los servicios de un periodista marginal que labora en una emisora de baja sintonía, a quien convirtió en su “jefe de relaciones públicas”. Pero la llave con la que abrió las puertas hacia la “fama” fue el célebre libro que un tercero le escribió sobre los “falsos testigos”.
Ese fue un proyecto al que se le inyectaron cientos de millones de pesos en la redacción, edición, presentación y distribución del libro. ¿De dónde salió el dinero? Evidentemente de la venta de fallos en la corte suprema de justicia. Ahí está el origen de los recursos con los que se pagaron los elegantes salones y hoteles en los que Moreno posaba como el nuevo “doctrinario” del derecho colombiano. Lo curioso es que en esos eventos sociales, mientras los oradores exaltaban al “autor”, aquel aprovechaba para pactar el monto de los sobornos.
Pero Moreno fue mucho más allá en su fachada. Creó un canal de YouTube en el que montó videos con “capacitaciones diseñadas por el profesor Gustavo Moreno. Técnicas de interrogatorio”.
La presentadora de esas “capacitaciones” es una psicóloga llamada Carolina Gutiérrez, quien explica paso a paso ante un auditorio colmado de participantes temas propios de los interrogatorios en los juicios o en las investigaciones.
Los participantes en esos eventos eran funcionarios de la fiscalía durante la oscura administración de Eduardo Montealegre. ¿Cuánto se pagó por esas “capacitaciones”.
Un hecho interesante es que la persona que aparece junto a Moreno en las cátedras es el también detenido Leonardo Pinilla, alias Porcino.
En uno de los videos, Moreno explica la forma de determinar si un testigo está mintiendo en su testimonio y para ello recurre a un ejemplo que resulta cuando menos curioso: “Uno cómo hace para percibir a esos ‘locos lúcidos’ que no ve su locura cuando declaran o deponen. Por ejemplo, el caso concreto de Justicia y Paz: tengo a 4 bandidos que me dicen que [el investigado] se reunió con nosotros y le aportamos votos y le dimos un paquete con $800 millones. El político dice: sí me reuní, pero no recibí plata y no acordé votos. ¿Cómo desmitifica uno a esos testigos?”.
El tiempo ha demostrado que la experticia de Moreno era esa: la de mover multimillonarios recursos para torcer el curso natural de las investigaciones. Lo que él puso como ejemplo ante sus alumnos era, en realidad, la narración de su propio proceder.
Corresponde ahora indagar cuáles fueron los funcionario de la fiscalía que asistieron a los “cursos” de Moreno y determinar qué fue realmente lo que él les “enseñó”, cosas que por supuesto no fueron grabadas ni subidas al canal criminal que el corrupto Moreno creó en la red social YouTube.
Publicado: octubre 30 de 2017