El problema no es el fiscal, el problema es el Partido Verde donde la corrupción comienza a madurar.
La semana pasada el Fiscalía General de la Nación generó varias noticias judiciales que convulsionaron el mundo político. Néstor Humberto Martínez, en rueda de prensa y en desarrollo del programa “bolsillos de cristal” comunicó la decisión de un fiscal delegado ante la Corte Suprema de Justicia de citar a imputación de cargos al actual gobernador de Nariño, Camilo Romero. Al día siguiente (3 de octubre) la Fiscalía anunciaba la captura del exalcalde de Magangué (Bolívar), Marcelo Torres, por delitos contra la administración pública.
Camilo Romero fue avalado por el Partido Verde, niño consentido de la Senadora López, y protegido de un sector del establecimiento bogotano. Por su parte, Marcelo Torres, había ganado admiración, solidaridad y respaldo de un sector del país por haberle ganado las elecciones locales (2011) a Enilce López “La Gata”, poderosa empresaria del chance de la región caribe. Por coincidencias judiciales y de calendario, estas noticias se conocieron en víspera del día del debate promovido por los senadores Claudia López y Jorge Robledo contra el Fiscal General para responder en plenaria, según los senadores, por sus vínculos en el caso de corrupción Odebrecht.
La Senadora López tutora de Romero y Torres, y para distraer la gravedad de los hechos judiciales que recaen sobre ellos, de inmediato armó tremenda pataleta, gritería y escándalo nacional, y relaciona de inmediato las decisiones de la Fiscalía como una componenda de German Vargas Lleras contra ella. El Partido Verde, Petro, el Polo Democrático, la izquierda, y ahora las Farc, estructuraron y ejecutan el descredito y la sublevación colectiva contra las decisiones tomadas por funcionarios judiciales o administrativos, utilizando mecanismos de estigmatización, de indignación, de no aceptación, para empoderar, legitimar y elevar como máximo tribunal de Justicia en Colombia a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). El caso más reciente fue la rabiosa acción ejecutada contra el exprocurador Alejandro Ordoñez, quien fue acorralado y perseguido por haber tomado decisiones disciplinarias contra el exalcalde Gustavo Petro y fijar, en cumplimiento de sus funciones, posiciones de advertencia sobre lo que se acordaba en La Habana.
Como no tienen a Ordoñez, la turba de izquierda tiene que tener una nueva presa para devorar y así continuar su tarea deslegitimadora que tienen contra las instituciones democráticas y judiciales, para emerger -la izquierda- como la solución y salvación de lo que queda de Colombia. Néstor Humberto Martínez está en la mira carnicera y electoral de la alianza presidencial Fajardo-López-Robledo. Desde el momento que asumió la Fiscalía el doctor Martínez es víctima de la fijación, infamia y calumnia. Para desprestigiarlo han utilizado la tesis absurda que en la figura del Fiscal General no debe haber persona con pasado ni presente profesional, ni con vida personal, ni recorrido público ni privado, según ellos, debe descender o ascender de dimensiones desconocidas.
La reacción del Partido Verde, de la senadora Claudia López, de la izquierda, y del propio gobernador Romero ante la decisión de la Fiscalía es la ratificación que en Colombia algunos actores de la vida pública creen tener inmunidad o fuero especial para no ser investigados, procesados o condenados por autoridades judiciales. Inaudito, peligroso y cínico el comportamiento de estos personajes. Debemos rechazar y apoyar sin consideración alguna las decisiones tomadas por el Fiscal General así toque a nuestros más cercanos amigos por los cuales profesemos admiración, afinidad o simpatía política. Permitir y celebrar el comportamiento patán y anarquista de la senadora López, es seguir alimentando el acenso y triunfo electoral de sistemas políticos fracasados en otros países.
Ojalá, antes de creer en el libreto enardecido de la senadora López se tomen tiempo para conocer el negociado inmerso en la distribución de licores orquestado por el gobernador de Nariño y de paso su relación con Samuel Moreno, y también, por qué estaba huyendo el exalcalde de Magangué. El problema no es el Fiscal, el problema es el Partido Verde donde la corrupción comienza a madura.
Publicado: octubre 9 de 2017