Durante estas últimas semanas se ha presentado una fuerte polémica, entre autoridades ambientales y culturales de la ciudad de Cali, con habitantes de los barrios vecinos a la avenida suroriental y en general con miles de caleños, por la intervención de 43 arboles ubicados en dicha avenida, para abrir paso al salsódromo para la próxima Feria de Cali.
Desde el pasado mes de junio, el Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente (DAGMA), que es el organismo responsable de liderar la gestión ambiental en Cali, resolvió autorizar la intervención de 43 árboles de la distintiva zona. Esta entidad ambiental, autorizó la tala de 6 especies, la poda de 19 y el traslado de otros 18 arboles a otra zona de la ciudad, para ubicar graderías y recibir los asistentes al salsódromo.
Dentro de la justificación que presentó la dirección del Dagma a los caleños, se argumentaron puntos de vista económicos, como los ingresos que deja a la ciudad la realización de la feria y sus beneficios sociales esperados. También, aspectos técnicos, como que algunas de las especies sembradas no debían estar ubicadas en la zona adyacente a un box culvert o colector de drenajes pluviales, argumentos que de ser apreciables, ya hubieran obligado a la intervención en la zona y de otras en la ciudad, por razones de cuidado y protección ciudadana.
Y, Sin embargo, llama la atención, que la autoridad responsable de liderar la gestión ambiental, para otorgar la autorización de la intervención de las especies, haya dejado de lado la opinión y la participación de la ciudadanía.
Cali ha sido una ciudad reconocida por su amplia y variada arborización, especialmente en sus más destacadas zonas turísticas y en varias de sus zonas residenciales. Precisamente es ese entorno verde con su aroma y belleza natural, uno de los icónicos turísticos. Especies como el Guayacán amarillo o el rosado, la Acacia amarilla o la morada, el Samán, el Caucho, la Ceiba, el Cerezo, el Mango, el Clavellino, el Gualanday, el chiminango, entre otros, refrescan las tardes caleñas, de habitantes y turistas en la ciudad.
De igual manera, el civismo fue uno de los aspectos más admirados de los caleños. Los visitantes se asombraban de la organización de las autoridades y la ciudadanía, del respeto por lo propio, por lo de todos.
Preservar cada lugar de la ciudad, como plazas, parques, espacios públicos en general. Respetar el turno, velar por la limpieza y la organización en la ciudad, fueron actitudes y comportamientos que durante décadas caracterizaron a los caleños. Por consiguiente, debemos recuperarlo, sabemos como hacerlo.
De hecho, son valores cívicos característicos de gran parte de la historia de la ciudad que debemos recuperar quienes queremos a Cali, y quienes sufrimos el verla caer, en aquel momento de la historia, cuando en la noche oscura del dinero fácil, el abuso y la violencia, fue borrando su liderazgo en el civismo.
Hoy, para fortuna de todos, ha empezado a cambiar con los esfuerzos que realiza la administración actual. De hecho, el anuncio del alcalde el día de ayer, que confirma que no se harán intervenciones en las especies arbóreas de la avenida suroriental, nos tranquiliza y confirma su capacidad de ajustar decisiones y como el mismo lo expresó de tomar la “oportunidad para resolver diferencias y unir a los caleños en torno al progreso”.
Por ello, vale la pena reflexionar al interior de la administración de la ciudad, sobre la importancia de vincular a los caleños en la toma de decisiones de lo que les afecta. Fortalecer y ampliar los espacios de dialogo ciudadano. Escuchar por parte de quienes dirigen las entidades de ciudad, propuestas y sugerencias ciudadanas, para no llegar a las diferencias, sino para construir propósitos comunes.
Por último, impulsar con los jóvenes en colegios y en general en los diferentes entornos de la vida ciudadana talleres de construcción de ciudadanía. Sería incalculable el aporte de la administración del Alcalde Armitage, si enfoca esfuerzos en recuperar el valor del civismo de antaño, que tanto orgullo, progreso y desarrollo le proporcionó a los caleños, a la ciudad y a sus visitantes.
Publicado: octubre 10 de 2017