Esta semana nuestra Selección le regaló una alegría enorme al pueblo colombiano al clasificar al mundial de Rusia del próximo año. Una buena y amena noticia en un ambiente de incertidumbre y desolador.
Hace unas semanas muchos no daban un peso por Pékerman, director técnico de la Selección. Resultaba “normal” ver como muchos en sus redes sociales, grupos de WhatsApp y corrillos despotricaban sin límite alguno, incluso refiriéndose a Pékerman de forma grotesca. Pero, una vez alcanzada la clasificación en territorio peruano, esos mismos que ayer lo chiflaban, hoy lo aplauden y veneran.
La actitud del acomodado es común encontrarla. Muchos se hallan al vaivén de la situación, y conforme esta cambia ellos también cambian y se adaptan. Observamos esto con claridad en muchos politiqueros, quienes al no tener ideología o concepción política alguna, buscan acomodarse y se enroscan a las faldas de quien les dé de comer.
Si al mencionar tales características usted estimado lector recordó a Roy, Benedetti, De La Calle, Santos y compañía, déjeme decirle que acertó rotundamente. Qué mejor ejemplo de lagartos o acomodados que Benedetti y Roy. Recordemos que este último hacia parte del partido Liberal, pero abandonó la tolda roja por acompañar a Vargas Lleras en Cambio Radical; luego, pasó a ser el más férreo defensor de Uribe y sus tesis, y una vez este terminó su periodo en 2.010 se convirtió en el adalid de Santos y Farc, atacando desmedida y descaradamente al Uribismo. Este es un individuo que sin duda su único credo es el de los contratos y el poder.
Y ahora resulta que cual perro arrepentido Roy y Benedetti llegan de nuevo al partido liberal, buscando un salvavidas que les ayude con su curul, puesto que del partido de la U solo “cenizas quedaron”, como diría aquella canción de Rodolfo Aicardi.
El problema de los acomodados es “menor” (podríamos decirlo) cuando hablamos del vecino del barrio; pero resulta delicado cuando nos referimos a las personas que dirigen los destinos del país. Muy seguramente –y está claro- estos personajes no se mueven por y hacia los intereses de la nación, sino que su motor los impulsa hacia el lugar en donde ellos puedan vaciar las arcas del Estado y llenar sus bolsillos, lo cual resulta nocivo para cualquier sociedad. Ahí vemos a los Musas, los Ñoños y los Bustos.
Por eso respetado ciudadano, es vital que tome decisiones electorales de forma responsable, ya que estas decisiones le afectaran o beneficiaran, no solo a usted, sino a sus hijos. ¿Qué clase de país sueña?
Finalmente, y cambiando de tema, preocupa cómo se aprobó la JEP en el Congreso. La justicia para la “paz” la adquirió el gobierno a última hora repartiendo mermelada de manera desesperada. ¿Una compra de ese tipo qué clase de paz puede traer para Colombia?
¿Una JEP compuesta por “jueces” afines a la extrema izquierda qué equilibrio e imparcialidad pueden impartir? Está claro que ese tribunal no es más que una versión moderna de lo que fue la inquisición. Preocupa la patria.
Publicado: octubre 12 de 2017