Como si algún tribunal de justicia le hiciera falta a este país en el acuerdo que pactaron Santos y las Farc decidieron crear otro más, uno especial, que le traiga la paz a los colombianos. Pues si algunos creen que firmando un papel y poniéndole por título paz se acaba lo que han llamado la guerra, por qué no soñar con que creando otro tribunal por fin haya justicia en Colombia.
Cuando el esperpento de la JEP fue aprobado escribimos una columna de opinión titulada Jurisdicción Especial para las Farc, mediante ésta denunciamos las arbitrariedades que envuelven a todo el embeleco que hoy está en boga de la opinión pública nacional.
Para nadie es un secreto que la jurisdicción creada por el pacto de La Habana fue propuesta con el objetivo de perseguir y enjuiciar a los contradictores del narcoterrorismo y a sus convenientes alcahuetas, tanto es así que el propio acuerdo lo dice; la JEP está diseñada de forma tal que los que no comulguen con las tesis de la extrema izquierda de las Farc deban pasar por las Horcas Caudinas, someterse a la humillación o ser condenados a las penas más ignominiosas, aun cuando sean inocentes.
La JEP necesita elementalmente de hombres y mujeres capaces de desarrollar la empresa para la cual fue creada, por eso el acuerdo entre Santos y las Farc se basó en designar a unos personajes con la tarea única de seleccionar a más del medio centenar de jueces para el nuevo tribunal.
Empecemos por decir que el sólo hecho de que fuesen Santos y Farc las partes pactantes nos produjo preocupación, Santos representa el clientelismo, la mermelada y la corrupción más inenarrable del país, las Farc a su vez son el mayor grupo narco-terrorista que hayamos tenido que padecer los colombianos.
Los personajes seleccionados por Santos y las Farc no podían ser de otra manera que sujetos abyectos y serviles a los propósitos de quienes los escogieron, los ungidos fueron para desgracia de nuestra soberanía tres extranjeros, pero ni siquiera por consuelo hombres prominentes, dentro de estos está el peruano García-Sayan, que no es distante de Sendero Luminoso, también el Argentino Juan Méndez, hombre cercano a Los Montoneros y para rematar el señor Álvaro Gil Robles, quien no mira con malos ojos a los de la ETA, ya al final dejaron que un par de connacionales algo dijeran, para eso pusieron a un magistrado y a una química farmaceuta, que dicho sea de paso me superan las ganas de saber por sus brillantes cuestionamientos jurídicos a los aspirantes a magistrados de la JEP.
Pero este no es el final del calvario, el trabajo de los anteriormente mencionados fue cumplido y como muchos lo temíamos escogieron a 51 magistrados que en su amplia mayoría son súbditos de la misma causa de quienes los eligieron y también de quienes designaron a sus electores.
Ahora queda claro, los factores empleados para la escogencia de los magistrados que componen el tribunal especial para la paz no pudieron haber sido otros sino la afinidad con las tesis de la extrema izquierda y el odio exacerbado por quienes nos hemos opuesto a que con el pretexto de la paz el país sea entregado al comunismo narco-terrorista.
Apreciado lector estas lineas que usted acaba de leer muy seguramente serán dentro de poco tiempo prueba plena para que quien las escribe tenga que comparecer ante la JEP acusado de cualquier cosa, eso no es arma que nos doblegue, juramos que por el amor que sentimos por esta patria la defenderemos hasta el final con la bendición de Dios.
Nota: Cada vez es más hondo nuestro dolor por el resquebrajamiento de la justicia en nuestro país.
Publicado: septiembre 27 de 2017