¿Qué pensará un niño cuando se entera por la televisión o por conversaciones en su casa entre su papá y su mamá, o escucha a sus abuelos, comentar sobre el homenaje que se le rindió al terrorista de las Farc, Jorge Briceño, alias el Mono Jojoy ?
Qué se preguntará cuando comprenda la contradicción tan grande entre un homenaje que significa resaltar la vida de una persona por algún logro importante, por beneficiar a su comunidad, por inventar algo que le sirva a la humanidad, por ser un buen profesor, o un buen gobernante y un homenaje a una persona que solo se ha distinguido por asesinar, extorsionar, secuestrar, abusar de seres humanos por su condición de indefensión sean niños, niñas, hombre y mujeres bajo su mando, poner bombas que solo dejan destrucción, muerte, heridos y desolación y además ser un narcotraficante.
Un padre, una madre o un profesor cómo le responden y explican a un niño de tal manera que no crea que actuar como el Mono Jojoy es lo correcto, para ser resaltado en la sociedad como una persona importante y sobresaliente.
Cómo hará el profesor de religión o la iglesia a la que pertenezca, para que ese niño entienda, que si a Dios no le gustan esos comportamientos y en eso se ha basado gran parte de las enseñanzas a los niños, por qué se le rinde un homenaje a semejante personaje que solo ha causado heridas difíciles y a veces imposibles de sanar.
Pienso que estas contradicciones le hacen mucho daño a la sociedad y mandan mensajes equivocados. A un niño lo reprenden sus padres o en el colegio, por no hacer una tarea, ser indisciplinado, llegando incluso a expulsarlo si no cumple el código de comportamiento de su colegio.
Al Mono Jojoy, en cambio, que fue dado de baja por el ejército de Colombia con una bomba dirigida al lugar donde se encontraba, porque era un narcoterrorista de gran peligrosidad y con un expediente de delitos bastante abultado y complejo, no solo no lo castigaron, o sea sus delitos atroces quedaron impunes, sino que además el gobierno le permite a la guerrilla de las Farc hacerle un homenaje público con gran difusión y parafernalia.
Después, nos quejamos de la sociedad en que vivimos, del comportamiento de estos niños cuando sean adultos y sientan que la violencia, el terrorismo y el narcotráfico son una oportunidad en sus vidas para salir adelante. ¿Con qué argumentos se les dirá que su actuar es incorrecto? Estas contradicciones, para lo único que sirven es para sembrar caos y acabar con las instituciones, la ética y la moral del país.
Los procesos de paz son lo mejor que le puede ocurrir a un país que tenga guerrilla o paramilitares. Los procesos de paz son una manera sana de salir adelante y acabar con esos grupos que tanto daño hacen a la humanidad.
Lo qué pasa es qué hay procesos de procesos. El de Colombia, en esta ocasión se distinguió por la impunidad pero además por el afán del gobierno de ubicarlos en un pedestal que no les pertenece.
Además de aplicar una verdadera justicia transicional, en donde las penas para delitos atroces se disminuyen notablemente y van a la cárcel por mucho menos tiempo que en una condena ordinaria por delitos atroces, el gobierno Colombiano se sometió a las exigencias de las Farc. Es que parecía que el gobierno fuera la guerrilla y las Farc fueran el gobierno.
Al punto que las Farc se dan el gusto de decir públicamente, que la Justicia especial para la paz, JEP, se hizo para meter preso al Expresidente Álvaro Uribe y el gobierno no pronuncia una palabra ante semejante irrespeto y atrevimiento.
Ojalá los niños logren entender que a pesar de los homenajes a victimarios de la peor calaña como el Mono Jojoy, el país puede recuperar su rumbo y su dignidad. Que somos más los buenos, aunque Santos no se haya dado cuenta.
P.D. Bien por Alemania, bien por Ángela Merkel, quien seguirá al mando.
Publicado: septiembre 27 de 2017