Análisis de Camilo Rubiano Becerra
En el marco de la visita del Santo Padre a nuestro país, Su Santidad Francisco dejó varias frases importantes. Entre esas, dijo: «La hipocresía es el lenguaje de los corruptos» perfecta y adecuada, en uno de los momentos más delicados que atraviesa el país a causa de ese cáncer llamado corrupción y que en gran parte a cabalgado libremente por esa hipocresía en cabeza del Presidente Santos.
Y es que, no es entendible que un gobierno hable maravillas de una reforma tributaria y se jacte del aumento del recaudo, cuando la verdad es que no está cumpliendo con lo proyectado por el Ministro de Hacienda, ya que según Anif el recaudo es mínimo y se encuentra cercano al 0.6% bastante distante del 6.7%, de crecimiento del que hablaba el ministró Cárdenas.
Sin embargo, a causa de esta reforma tributaria, que continuó asfixiando al sector productivo del país y agregó a esta bolsa a la gran mayoría de los colombianos con el aumento del IVA, hemos visto cómo la economía en lugar de recuperarse sigue cayendo de manera imparable. Ejemplo de este delicado síntoma, lo vemos en un sector supremamente importante para el país, como lo es el textil. En días pasados vimos como Arturo Calle, uno de los empresarios más importantes de este sector, expresó sus preocupaciones por la situación económica del país, que le ha hecho despedir a cerca de 400 vendedores de sus tiendas. Así mismo, Fabricato suspendió sus operaciones a causa de la delicada situación que se refleja en la caída de un 8% en la confección de prendas según el Dane y en la delicada alarma que prendió la Cámara Colombiana de la Confección, sobre el riesgo de que se pierda cerca de 1.8 millones de empleos.
Lo preocupante es que ante esto, el gobierno Santos se comporta de manera irresponsable aumentando su nómina en casi 7.000 nuevos cargos para el año 2018, hecho que le cuesta al país casi $800 mil millones de pesos y al mismo tiempo sin justificación que valga, le disminuye el presupuesto al sector agropecuario un 34.6%, al deporte un 62% y a la ciencia un 41.6%. Algo que no tiene explicación alguna.
Así mismo, el gobierno Santos ha permitido que el grupo terrorista de las Farc, mantenga un lenguaje hipócrita con los colombianos. En días pasados vimos cómo le decían al país, que lo único que tenían para reparar a las victimas eran unas escobas, unos pocos exprimidores de naranjas y unas cuantas cabezas de ganado. Pero al mismo tiempo, realizaban su congreso político que lo clausuraron con un concierto en la Plaza de Bolívar cuyo costo sería cercano a 3.000 millones de pesos. Hecho descarado y cínico.
Ante esto, solo nos queda concluir que entre el gobierno Santos y las Farc manejan un lenguaje hipócrita, que se puede describir en dos palabras: Cinismo y Derroche
PD: Ojalá se tenga en cuenta esta frase de Su Santidad Francisco » El recurso a la reconciliación no puede servir para acomodarse a situaciones de injusticia».
Publicado: septiembre 11 de 2017