El brazo de la justicia debe llegar a todos los rincones donde hay corrupción. Montealegre y Perdomo deben ser investigados.
Ahora que se ha descorrido el velo que encubría la corrupción de unos poderosos magistrados de la corte suprema de justicia, corresponde que las autoridades vayan hasta el fondo del asunto.
Este caso no se limita a los delincuentes Leonidas Bustos, Camilo Tarquino, Francisco Javier Ricaurte y Gustavo Moreno, con su testaferro, alias porcino.
Lo cierto es que buena parte de la corte corte suprema de justicia, hoy en día, está ocupada por personas recomendadas por Bustos y Ricaurte. Lo mismo sucede con los tribunales departamentales y los juzgados más importantes.
Si bien es cierto que Bustos, Tarquino y Ricaurte son los cabecillas de esa estructura delincuencial, no menos lo es que en la misma participaban otros individuos de alto nivel que hicieron parte de la corte suprema de justicia y que se valieron del poder omnímodo con el que estaban investidos para hacer política, emitiendo condenas contra funcionarios del gobierno Uribe, como los exministros Diego Palacio y Sabas Pretelt, la exdirectora del DAS, María del Pilar Hurtado y los exsecretarios generales de la presidencia, Bernardo Moreno y Alberto Velásquez.
Otro capítulo de este entramado de corrupción que debe ser investigado a fondo, tiene que ver con los doctores Eduardo Montealegre y Jorge Fernando Perdomo, quienes estuvieron al frente de la fiscalía general de la nación durante 4 años.
Hasta el momento, uno de sus fiscales, Rodrigo Aldana se encuentra privado de la libertad por corrupción. Una fuente de LOS IRREVERENTES, le confirmó a este portal que en los próximos días habrá noticias respecto de otro fiscal de entera confianza de Montealegre y Perdomo, que fungió como delegado ante la corte suprema de justicia y que también estaría involucrado en actos de corrupción.
La Bacrim judicial que se ha denunciado insistentemente en este portal, tenía tentáculos en distintos despachos de la rama jurisdiccional y la fiscalía no fue ajena a esa estructura corruptora.
El asunto es mucho más grande que los cuestionados y multimillonarios contratos que Montealegre y Perdomo asignaron a dedo para satisfacer a sus amigos –y amigas-, siendo los de Natalia Lizarazo García quien también responde al nombre de “Natalia Springer”, los más escandalosos.
¿Cuántas investigaciones fueron manipuladas en la fiscalía de Montealegre y Perdomo? ¿Cuántos testigos falsos fueron pagados con recursos públicos para incriminar a personas inocentes? ¿Cuántos procesos de corrupción como el del señor Palacino, fueron engavetados? Es hora de que se investigue a fondo lo que sucedió durante la anterior administración de la fiscalía y se diluciden hechos que generan muchas dudas, como el supuesto atraco al apartamento del exvicefiscal Jorge Fernando Perdomo y se revele, a ciencia cierta, qué fue lo que le robaron al exfuncionario, quien en su momento alegó que los ladrones solamente se habían llevado un computador.
Oriundos del Tolima, para nadie es un secreto el estrecho vínculo entre Montealegre y Leonidas Bustos. Cuando el exfiscal fue ternado por Santos, Bustos se convirtió en su jefe de campaña al interior de la corte suprema de justicia y se encargó de sumar los votos necesarios para la victoria de su paisano.
Una vez en la fiscalía, Montealegre le pagó el favor nombrando a recomendados suyos en distintos cargos en el órgano de investigación.
Los odios de Montealegre, eran los odios de Bustos. Está el ejemplo del exmagistrado, Jorge Pretelt. Montealegre se trazó el objetivo de sacarlo del camino y para esa tarea tuvo en el otrora poderoso Leonidas Bustos un aliado incondicional. Movieron cielo y Tierra, acudieron a sus “clientes” en el congreso, como el caso del investigado y muy cuestionado presidente del directorio conservador, Hernán Andrade, absuelto de forma sospechosa en una investigación que por corrupción le adelantó la corte suprema, con el propósito de que él ayudara a configurar las mayorías necesarias para sacar a Pretelt de la corte constitucional.
Esta investigación no puede quedarse a mitad de camino. El largo brazo de la justicia debe llegar a todos los rincones donde hay brotes de podredumbre y conducir a la cárcel a quien corresponda, sin importar su poder.
Publicado: agosto 18 de 2017