Durante los 8 años que estuvo en la corte, Leonidas Bustos resultó con lujosos inmuebles. Deberá explicar cómo los adquirió.
Al corrupto expresidente de la corte suprema de justicia, José Leonidas Bustos, la suerte le empezó a sonreír cuando logró ser nombrado como magistrado de la sala de casación penal de la corte suprema de justicia, en el año 2008.
Hasta entonces, había sido un abogado carente de cualquier lustre, eso sí, bastante reconocido en un sector de la rama jurisdiccional.
Hábil como pocos para lo que comúnmente se llama manzanilla y la politiquería, encontró la fórmula para llegar hasta la corte suprema de justicia , donde estuvo 8 años no impartiendo justicia “en el nombre de la República”, sino haciendo multimillonarios negocios, tal y como se desprende de las pruebas que la justicia norteamericana tiene en su contra, algunas de ellas en poder de la fiscalía colombiana.
En 2008, cuando Bustos fue elegido como magistrado de la corte suprema, vivía con su familia en un modesto apartamento de 87.2 metros cuadrados, en el sector de El Salitre, al occidente de Bogotá. Ahora, es propietario de una lujosa propiedad de 485 metros cuadrados en el barrio La Cabrera, uno de los sectores más exclusivos y costosos del país.
Juan Manuel Santos vio en Bustos un aliado natural, al extremo de que la revista Semana, dirigida por el sobrino del presidente de la República, llegó al extremo inédito de zalamería de dedicarle una portada intitulada “Leonidas Bustos, el magistrado que Santos necesita para la paz”.
En noviembre del año pasado, cuando Bustos llevaba pocas semanas por fuera de la corte suprema de justicia, Santos le envió al congreso de la República 3 ternas para que se eligiera a los magistrados que harían parte de la denominada comisión nacional de disciplina judicial. En una de ellas, figuraba el nombre de Martha Cristina Pineda Céspedes.
La señora Pineda es la esposa de Bustos. Se hizo famosa cuando el magistrado ejercía como presidente del alto tribunal y ella, en vergonzosa exhibición de cursilería, se presentaba a si misma como “la primera dama de la corte suprema de justicia”.
Eduardo Montealegre, Jorge Fernando Perdomo y Leonidas Bustos son aliados de todas las horas. Desde la llegada de los dos primeros a la fiscalía general de la Nación, afianzaron una “sociedad” con Bustos que fue mucho más allá de los simples nombramientos burocráticos que en el órgano de investigación le hicieron a personas recomendadas por él.
LOS IRREVERENTES conocieron que una de las líneas que actualmente investiga la fiscalía general de la nación, tiene que ver con hechos que ocurrieron en el seno de esa entidad durante la administración de Montealegre y Perdomo y que involucran al doctor Leonidas Bustos.
Otro elemento que está en la mira de las autoridades son las lujosas propiedades que posee la pareja Bustos-Pineda. Se indaga, por ejemplo, por un vehículo marca BMW que desde el año pasado denunció este portal y que figuraba a nombre del hoy capturado y compinche del exmagistrado, el exfiscal Gustavo Moreno.
La esposa de Bustos es oriunda de San Gil, Santander, municipio en el que ella tiene una gigantesca casa ubicada en el condominio Las Palmeras, uno de los más exclusivos de aquella ciudad.
De acuerdo con la información que tienen las autoridades judiciales estadounidenses, la estructura criminal que lideraba Bustos, cobraba exorbitantes sumas de dinero para favorecer a quienes recurrían a “sus servicios legales”. Se sospecha que muchos de sus clientes pagaron los sobornos con bienes inmuebles. De hecho, hay un testimonio que apunta a que el exfiscal anticorrupción, Gustavo Moreno, proponía que le traspasaran propiedades a uno de sus testaferros, cuando la persona que recurría a él no tenía el dinero para cubrir el soborno.
El capítulo Montealegre-Perdomo
Esta limpieza de la podredumbre en la justicia colombiana debe llegar a todos los rincones y castigar a todos los responsables, entre quienes se encuentran Eduardo Montealegre y su segundo, Jorge Fernando Perdomo Torres quienes convirtieron a la fiscalía general de la nación en un bazar donde rodaban ríos de dinero.
Bustos no delinquió solo. A su alrededor había importantes integrantes de la rama judicial colombiana que bajo ninguna circunstancia pueden quedar impunes.
Publicado: agosto 17 de 2017