Nefasto mensaje le envía el partido conservador al país, con la ratificación del gamonal huilense, Hernán Andrade en su presidencia.
El partido conservador
No queda absolutamente nada del otrora glorioso partido conservador, esa importante colectividad que el 4 de octubre de 1849 fundaron Mariano Ospina Rodríguez y José Eusebio Caro, a través de una breve pero trascendental declaración publicada en el periódico La Civilización –dirigido por Caro- que en uno de sus apartes sostuvo que “el partido conservador es aquel que reconoce y sostiene la legalidad contra las vías de hecho”.
El listado de principios doctrinarios elaborado por los fundadores de la colectividad azul, se constituyó en uno de los pivotes sobre los que se posó durante décadas la democracia colombiana.
Al final de su declaración, Caro y Ospina incluyeron una sentencia inapelable: “el que no acepte alguno de estos artículos, no es conservador”.
¿Hernán Andrade conservador?
El político huilense Hernán Andrade, gamonal que fue escalando posiciones en la política gracias a su habilidad para tejer redes clientelistas y no por ser un hombre particularmente culto o inteligente, es la personificación de lo que no es un conservador.
Lleva décadas enteras moviéndose en las alcantarillas de la política menor, intrigando y participando en actividades innobles que le han valido múltiples investigaciones penales. De todas, hasta ahora, ha salido airoso.
Con desfachatez, él alega que sus victorias en los estrados se deben, precisamente a su inocencia. Pero poco a poco se ha ido descorriendo el velo que cubría la verdadera maquinaria que había detrás de quien hoy funge como presidente del directorio nacional conservador.
El cliente de Moreno
Los clientes no son culpables por los delitos que cometen sus abogados. Lo mismo sucede con aquellos, que no tienen ninguna vinculación con los hechos en los que hayan incurrido sus poderdantes.
Esta norma no aplica para el caso de Luis Gustavo Moreno, toda vez que ha quedado en evidencia que él cuadraba con sus clientes las operaciones corruptoras que llevaba a cabo.
Uno de los casos más aberrantes fue el de Hernán Andrade, quien estaba siendo investigado por enriquecimiento ilícito en la corte suprema.
A pesar de las evidencias que pesaban en su contra, logró ser absuelto de manera insospechada. Su defensa se estructuró con base en unas pruebas que cualquier investigador con un mínimo de malicia y suspicacia desecharía. Pero la corte suprema de justicia, en la que el abogado de Andrade, Luis Gustavo Moreno, se movía como pez en el agua sobornando magistrados, un día cualquiera sorprendió al país informando que había resuelto precluir la investigación contra el senador huilense.
Bajo sospecha
A pesar de que Andrade está bajo sospecha y que el país está perfectamente indignado por cuenta de este nauseabundo escándalo de corrupción, el partido conservador, en una actitud politiquera y casi de complicidad con el parlamentario cuestionado, tomó la impolítica decisión de ratificarlo en la presidencia de su directorio.
El mensaje que se envía es brutal: a los azules los tiene sin el menor cuidado el asunto y no les importa en absoluto el sentimiento de desazón que se percibe en Colombia.
¡Ay del partido conservador!
En 1953, Laureano Gómez interrumpió su convalecencia para hacerle una advertencia a los dirigentes de su partido que, desesperados, proponían la reelección de Mariano Ospina. A través de un discurso transmitido por la radio nacional, Laureano expresó por su repugnancia frente a lo que sucedía en su colectividad, afirmando: “!Ay del partido conservador si rompiendo sus tradiciones y disciplinas se deja invadir por las estériles agitaciones politiqueras! ¡Y ay del país, ay de la República cristiana, ay de la libertad, ay de la tranquilidad de la vida, si el partido conservador no sabe estar a la altura de su deber!”.
Buena advertencia del viejo dirigente que, por supuesto, no fue tenida en cuenta por Hernán Andrade –que quizás no sepa quién fue Laureano Gómez- y los demás caciques que ocupan las sillas directivas del pisoteado partido conservador.
Publicado: septiembre 1 de 2017