Tal como se dio a conocer a través de los diferentes medios de comunicación, el pasado domingo 6 de agosto, a las 8:00 a.m., fue emboscada en el sector conocido como El Pedregal, zona rural del municipio de Caloto, norte del Cauca, una Misión de la ONU. Estaba integrada por observadores de dicha organización internacional, miembros de la Policía Nacional y de las Farc. Ellos adelantaban la ubicación y extracción de un lote de armas y explosivos, que hacen parte de las tantas caletas del grupo guerrillero.
En efecto, durante el ataque resultó herido el patrullero Reynel Eduardo Escobar Sabogal, integrante de la Unidad para la Edificación de la Paz (Unipep). Este uniformado recibió un disparo de fusil en el estómago, mientras prestaba seguridad a la Misión. Los demás resultaron ilesos.
Ante esto, las declaraciones del gobierno nacional no se hicieron esperar. Fue así como el Ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, afirmó que «la hipótesis más probable» era que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) había sido el responsable del ataque contra la Misión de la ONU, el domingo.
Sin embargo, la delegación de paz del Eln en los diálogos de Quito, a través de su cuenta de Twitter, negó la autoría del ataque a la Comisión de Verificación de Naciones Unidas. Adicionalmente, solicitaron que se hiciera una investigación real y pidieron responsabilidad a quienes hacen señalamientos sin confirmar.
Entonces, ¿a quién le creemos: al Ministro o al ELN? ¿O acaso alguien miente? ¿Quién es el responsable de estos atentados en el Cauca?
Y digo atentados porque cabe recordar que esta es la segunda agresión que se presenta, en este mes, en el Cauca. El pasado 1 de agosto, entre las veredas El Socorro y San José, del municipio de Suárez, ocho hombres armados dispararon contra Gregorio Mosquera y Aldemar Dizú Casamachín, integrantes de las Farc, que se movilizaban en moto. Uno de ellos resultó herido.
Si bien es cierto que el Ejército de Liberación Nacional reactivó su accionar en municipios como Caloto, Corinto, Santander de Quilichao y Miranda, entre otros, también es cierto que ahora están en disputa los antiguos territorios de las Farc. Y es justo aquí donde entran a jugar actores como las disidencias de las Farc y del mismo ELN; integrantes activos del ELN; bandas criminales; paramilitares, etc.
Lo grave es que esta región del Cauca está en manos del crimen, las amenazas, las extorsiones, los homicidios y los atentados. Pero no tenemos la certeza bajo la autoría de quién. E, infortunadamente, parece ser, que el fuego cruzado no solo está en los municipios, sino también en las declaraciones del gobierno y los grupos guerrilleros.
Entonces, repito, ¿a quién le creemos? Unos dicen una cosa, luego sale otra, se desmienten entre ellos. Ya es hora de una investigación seria. Los colombianos nos merecemos una respuesta, nos merecemos la verdad. Pero ante todo, los Caucanos merecen saber lo que está sucediendo en su departamento y conocer las medidas que está tomando el gobierno nacional para salvaguardar su seguridad.
Es preocupante lo que está pasando. Además, esto no es como lo pinta el presidente, Juan Manuel Santos, que dice que nos “deja un país sin Farc”, ¡no señores! No está dejando un país con MUCHAS complicaciones y con muchos más actores en conflicto. Es por eso que hago un llamado a que el orden público sea de verdad con orden y, ante todo, público.
Publicado: agosto 11 de 2017