Hace meses cuando tuve la oportunidad en W radio de hacer una pregunta a Humberto de La Calle, jefe negociador del gobierno en el Acuerdo de Paz con las Farc, le pregunté sobre la situación de los niños en la negociación. Aclaro que la negociación ya estaba cerrándose.
Le insistí mucho en que los niños no aparecían en el Acuerdo. Sin ningún asomo de duda, o al menos de pena con la humanidad, me respondió que efectivamente ese punto no fue incluido. ¿Por qué? Sin dar una respuesta clara, ni comprometida con su posición de jefe negociador, manifestó, que era un punto que se había dejado a las Farc. Que ellos poco a poco irían devolviéndolos. Así tan simple. ¿Por qué semejante tema, tan delicado como son los niños, se le dejó irresponsablemente a la voluntad de las Farc?
Como hemos comprobado, la voluntad de las Farc ha sido un común denominador en toda la negociación. Les doy otro ejemplo, la erradicación de los cultivos ilícitos, no es obligatoria. Es voluntaria y depende exclusivamente de lo que la guerrilla ordene a cultivadores de coca y a raspachines.
Estos dos puntos son muy importantes para las Farc, no solo a nivel nacional, sino especialmente internacionalmente. Me explico. Los niños en el mundo son lo más sagrado. Existe mucha normatividad que los protege y que considera cualquier tipo de violación a los derechos del niño, como delito de lesa humanidad. Quiere decir que estos delitos no pueden jamás tener impunidad. Quien viole los derechos del niño, tiene que ir a la cárcel. No se hubieran salvado de la cárcel, si esto hubiera aparecido en los acuerdos. No es un tema negociable. Si hay algo que en organismos y cortes internacionales, es de mucha atención y cuidado es este asunto. No lo dejan pasar, así como hacen con otros temas, a los que no ponen cuidado o se demoran muchos años en fallar. Lo triste es que el gobierno les tendió semejante salvavidas, olvidando a nuestros niños.
Es así, que esto para las Farc, sería someterla al escarnio público internacional, y eso no podía ser. El gobierno quería firmar con razón o sin razón. Con un Premio Nobel en ciernes, no se podía dejar de firmar o prolongar las negociaciones. Este gobierno prefirió entregar a sus niños, que sabemos fueron reclutados a la fuerza, han sido usados sexualmente, las niñas obligadas a abortar, manejo de armas, mensajería entre el ejército y la guerrilla, hacen de informantes, exponiéndolos a todo tipo de vejámenes, sin ninguna consideración. ¿Cómo entender la decisión de un gobierno que opina que los niños no son prioridad? De hecho es algo que sufrimos día a día en Colombia: dos niños violados sexualmente cada hora, siete niños desaparecen por semana, niñas menores de 16 años embarazadas, desnutridos y desescolarizados. Los niños claramente no son importantes y están lejos de serlo.
En el caso de los cultivos ilícitos, sería muy grave para las Farc que la erradicación fuera obligatoria. Durante la negociación los cultivos ilícitos crecieron de ochenta mil hectáreas a ciento ochenta mil hectáreas, aproximadamente. ¿Qué explicación tiene semejante desproporción? Sí las Farc, en la negociación se comprometieron a no volver al narcotráfico, ¿qué pasa entonces? Este crecimiento de cultivos de coca tan desmesurado, demuestra que seguirán en el negocio. ¿Qué otro motivo podrían tener? Hacen parte del cartel más grande del mundo y no se van a salir. ¿Cómo lo harán? De muchas maneras. No olvidemos que tienen a las disidencias, a las bacrim, para seguir en el negocio. Así de sencillo. El gobierno ante esa situación hace como si no supiera.
El narcotráfico es un delito transnacional de máxima gravedad. Tampoco permite impunidad y es considerado como una forma de acabar y matar a las personas. Ya vamos entendiendo porqué el gobierno permitió absurdamente que el narcotráfico fuera un delito conexo. Una locura como cualquier otra, que hace mucho daño al país.
Con solo estos dos puntos mencionados ya sería suficiente para decir que ese Acuerdo de Paz es absolutamente inconstitucional. La incertidumbre es inmensa. Padres esperando a sus niños, reciben respuesta de Iván Márquez, jefe negociador de las Farc, que ante la pregunta, cuándo van a devolver los niños, responde sin ningún problema que no “jodan” más con ese tema.
Como siempre, el gobierno mudo. Es que como los niños no importan y el narcotráfico parece importar menos, y lo que importa es la vanidad del gobierno de Colombia y la de los jefes guerrilleros de las Farc, es una bobada estar pensando en estos asuntos. Demasiado insólito. Aún más desconcertante el desinterés de muchos colombianos y políticos que permanecen en silencio.
¡Querida Colombia, no te vayas!
P.D. Apoyo total a la cadena perpetua para abusadores sexuales de niños. Gracias a Johana Jiménez, hija de mi gran amiga Gilma Jiménez, que si hubiera estado presente durante la negociación de paz, mucho trabajo y dificultades hubieran pasado negociadores para lograr semejante despropósito. Paz en tu tumba, querida Gilma.
Publicado: julio 26 de 2017