La campaña presidencial de Juan Manuel Santos en 2010, desde sus orígenes fue estructurada como una verdadera empresa criminal, en la que los principales interesados en la victoria del entonces candidato, estaban motivados por la perspectiva de llevar a cabo multimillonarios negocios y ser beneficiarios del favor presidencial.
La cuestionada empresa Marketmedios ha reconocido que gracias a la campaña de Juan Manuel Santos en 2010, su facturación creció exponencialmente. Aquello demuestra que dicha campaña movió ríos de dinero cuyo origen es desconocido y que, por supuesto, no fue registrado oficialmente en las cuentas que presentó el entonces gerente y hoy director de la Dian, Santiago Rojas.
Resulta inaceptable que le hombre encargado de cobrar los impuestos a los colombianos, sea un vulgar falsificador de cuentas, tal y como se desprende del cotejo en las contabilidades de Marketmedios y la campaña de Santos.
A Marketmedios ingresaron más de $41 mil millones de pesos en 2010 gracias a los eventos que le hicieron al candidato Santos, pero la campaña le reportó al consejo nacional electoral pagos por solo $750 millones de pesos.
El comité financiero de la campaña estaba integrado por 3 personas. La primera de ellas es Consuelo Caldas, candidata de Juan Manuel Santos a todas las vacantes que se presentan en la rama jurisdiccional. Ella, más que ser una buena jurista, es una mujer muy hábil a la hora de conseguir dinero, sin importar el origen del mismo.
La señora Caldas estaba acompañada por Orlando Sardi Delima y el cuestionado exbanquero –expulsado en medio de un descomunal escándalo de la Bolsa de Bogotá-, Juan Claudio Morales, señalado de lavar dólares en los años 80 del siglo pasado.
Juan Claudio Morales, además de ser amigo personal de Juan Manuel Santos, es socio y representante legal de la empresa Opeinvias S.A.S, una de las concesionarias para administrar los peajes de las carreteras más grande de Colombia. Es evidente que durante la campaña de Santos, a Morales le interesaba la victoria de su candidato para favorecer a los grandes constructores de carreteras de Colombia, Odebrecht, donde indefectiblemente existe la posibilidad de ubicar sus peajes.
El confeso delincuente Eduardo Zambrano, recientemente capturado y quien reconoció la comisión del delito de enriquecimiento ilícito, amigo y socio de Juan Claudio Morales desde los años 80, fue la persona que se encargó de acercar a Odebrecht a la campaña presidencial. Él fue quien coordinó con Luiz Antonio Bueno Jr. entonces presidente de la compañía brasilera en Colombia, el giro ilegal de más de $400 mil dólares para sufragar el pago de 2 millones de afiches de la campaña.
Juan Claudio Morales ha confesado que la primera reunión entre Odebrecht y la campaña, la hizo Zambrano, pero ha negado reiteradamente que él tuviera algún tipo de vínculo con aquella empresa.
La versión del cuestionado industrial Morales resulta difícil de creer, por la misma naturaleza de sus negocios actuales. De hecho, la doctora María del Pilar Rojas, quien fuera la mano derecha de Morales durante cerca de 5 años en su empresa Opeinvias S.A.S estructurando licitaciones, en febrero de 2010 –en plena campaña presidencial- se fue a trabajar a la concesionaria Ruta del Sol S.A.S-Odebrecht.
Ante la evidente falsedad en las cuentas de la campaña de Juan Manuel Santos, la fiscalía investiga si Juan Claudio Morales, Consuelo Caldas, Orlando Sardi y Santiago Rojas incurrieron en un posible fraude procesal, falsedad en documento y enriquecimiento ilícito a favor de terceros, delitos que aún no están prescritos.
A Morales y a su familia les ha ido muy bien en el gobierno de Santos. El hijo del industrial, Juan Claudio Morales Paredes, quien es diplomático de carrera, fue hasta hace poco el jefe de protocolo del presidente Santos, cargo que abandonó para asumir como ministro consejero de la embajada de Colombia en España, donde tendrá sueldo, prebendas y rango de embajador.
Otro de los asuntos que debe ser investigado a profundidad tiene que ver con el contrato multimillonario que la cancillería celebró con Marketmedios para atender la “Cumbre de las Américas” que tuvo lugar en la ciudad de Cartagena en 2012.
Dicho contrato, que según la contraloría general estuvo plagado de irregularidades, presentó sobrecostos de más del 27% y al final, la nación terminó desembolsando, sin que existiera algún control, más de $50 mil millones de pesos. ¿El doctor Juan Claudio Morales Paredes tuvo algo que ver con la negociación, ejecución o supervisión de dicho contrato que fue, en realidad, una vena rota de la que se favoreció abusivamente Marketmedios?
Son muchas las explicaciones que deben dar el presidente de la República, sus gerentes de campaña Roberto Prieto y Santiago Rojas, y los distinguidos personajes que integraban el comité financiero, Consuelo Caldas, Orlando Sardi y Juan Claudio Morales, porque al parecer, sus refinadas maneras eran la tapadera de una monumental empresa criminal que debe ser investigada, pero sobre todo castigada por la justicia colombiana.
Publicado: julio 24 de 2017