Movidos por la lamentable situación de Colombia los ciudadanos encontraron resguardo entre las redes sociales, así nació el quinto poder.
Aprovechemos esta ocasión para dar claridad en un tema que escuchamos a menudo mal entendido y por supuesto mal expresado; es común oír que algunos se refieran a los tres poderes del Estado cuando quieren hacer alusión a las tres ramas poder público. Montesquieu habló de la tridivisión del poder porque es uno sólo, el poder público es el poder del pueblo, el mismo que no hemos comprendido que tenemos y por eso lo desaprovechamos enormemente.
Ya habiendo entendido que el poder es uno, el del pueblo, pasemos a decir que se divide en tres ramas: ejecutiva, legislativa y judicial. Luego alguien dijo que quien tenía la información tenía el poder, y muy bien lo entendieron algunos emporios, los cuales se resolvieron a acaparar los medios de comunicación y así surgió, por lo menos de una forma extraoficial, la cuarta rama del poder.
Pero como hasta la sal se corrompe, los medios de comunicación refundieron una de las principales características del periodismo, sino la más importante, que es la independencia y la objetividad a la hora de emitir la noticia. Movidos por esta lamentable situación los ciudadanos encontraron resguardo entre las redes sociales, una innovación de la tecnología que le permite a millones de personas saber lo que está sucediendo al otro extremo del planeta en tiempo real. Así nació el quinto poder.
Durante estos días los colombianos hemos sido testigos y hasta participes de una lucha sin cuartel entre el expresidente y senador de la república Álvaro Uribe y el comediante Daniel Samper, todo inició cuando este último rompiendo todas las reglas del decoro y abusando de la integridad de una menor de edad decidió burlarse de su nombre comparándolo de manera infame con el de algunos alucinógenos, al comediante Samper nada le importó que este país a llorado lagrimas de sangre como consecuencia del trafico de estupefacientes.
La niña en mención es la hija de la senadora Paloma Valencia, un angelito de brazos que con sus seis meses de vida apenas está explorando el mundo con sus ojos. Nadie mejor que la senadora Paloma para saber lo que es sufrir el matoneo en las redes sociales, ella con mucho tino expresó su inconformismo mediante una columna de opinión, las personas en las redes se solidarizaron con Amapola -quien debe su nombre a una bellísima canción, que dicho sea de paso los invitamos a escuchar- pero Samper contrario a expresar sus disculpas optó por continuar su matutina labor de bullying por redes sociales.
Hace unos días el expresidente Uribe trinó desde su cuenta de Twitter en defensa de Amapola y de cualquier niño que sea matoneado por lo que el humor negro ya perdió el respeto, pero ahí fue troya, Daniel Samper el mismo que cada ocho días agrede mediante sus escritos a un ciudadano y que diariamente usa su sátira inclemente contra Uribe, salió a decir que el expresidente era un abusador de su persona en las redes sociales. Por supuesto la opinión tomó dos caminos: algunos tergiversando las palabras del ex presidente se hicieron del lado del humorista, otros que leímos la situación en contexto y que conocemos el proceder de Samper repudiamos su falsa victimización.
Sin embargo apartándonos de esta situación específica hacemos un llamado a la prudencia, las redes sociales han sido una vía de escape para la sociedad que busca fuentes de información. Por ello la invitación es usarlas con responsabilidad, no con melifluidad, pero si sabiendo que es el poder que tenemos en las manos y no los podemos mal utilizar.
Publicado: julio 19 de 2017
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