Como parodiando a Quevedo y a Góngora, Rodolfo Hernández y Horacio Serpa, se trenzaron en una disputa retórica, comenzada por el primero quien en su condición de alcalde de Bucaramanga está invitando a los ciudadanos de su ciudad, con eco fuera de la jurisdicción, a derrotar al segundo a quien responsabiliza de manera indirecta en su condición de jefe del partido liberal, de la debacle política y financiera del municipio que gobierna.
Son dos curtidos dirigentes. El uno, Horacio Serpa Uribe, formado en el pragmatismo político y electoral del liberalismo, gracias a lo cual logro amasar una gran fortuna política que lo mantiene y lo sostiene como una persona a la que tienen que consultar las grandes decisiones del país y por supuesto del departamento de Santander en materia pública. El otro, Rodolfo Hernández Suarez, un profesional de la ingeniería que supo hacer capital y generar riqueza individual a partir de explotar el negocio de la tierra, mezclándolo con la construcción de vivienda social, hasta convertirse en un hombre inmensamente rico, lo que le permitió a la vez mezclarse entre la clase gremial, empresarial y política de la región. Tanto Serpa como Hernández saben lo que tienen y para donde van.
La semana anterior Rodolfo Hernández dijo en un programa de televisión regional que era necesario derrotar a la politiquería y a Serpa. La respuesta no tardo y Horacio Serpa Uribe le dirigió una misiva en la que lo recriminaba por no estar cumpliendo su plan de desarrollo y menos las promesas de campaña. Con fina pluma Horacio Serpa le grito “individuo” para que continuara la trova. Al rato le salió Rodolfo insinuando públicamente que Serpa lo amenazaba con mandarle el Procurador Regional “recientemente nombrado de su bolsillo”, para que lo destituyera.
No deja de inquietar el asunto. Ni Serpa va a ser derrotado pese a la proclama de Rodolfo, ni este último va a ser destituido por intervención en política, puesto que a mi juicio lo que está prohibido a los servidores públicos es la participación en las controversias de los partidos, pero no a manifestar algunas opiniones sobre la totalidad o parte de la burocracia estatal. Ya una vez Horacio Serpa fue requerido por la Procuraduría General de la Nación en su condición de gobernador de Santander por haber dado su opinión en una columna periodística en favor de Rafael Pardo candidato presidencial del Partido Liberal. Ese antecedente la servirá a Rodolfo Hernández para su eventual defensa, si es que acaso lo investigan por convertirse en el jefe de debate del Doctor Serpa, en su campaña por llegar nuevamente al Senado de la Republica en las próximas elecciones.
Al paso que nos lleva Rodolfo Hernández, no solo va a contribuir a la elección de Leónidas Gómez como senador por el Polo, sino también a la de Horacio Serpa a quien le acaba de adornar la tarima para que inicie su campaña roja por todo el departamento de Santander. Quien iba a pensar que Rodolfo Hernández Suarez se convertiría en el principal promotor de la campaña de Serpa. Seguramente la tendría más difícil Serpa si Carlos Ibáñez hubiese ganado. Esas polarizaciones en víspera de elecciones, generan votos porque profundizan odios, simpatías, amores y desamores.
P.D. Observando a Rodolfo Hernández y su aparente fobia por los rojos, vale la pena recordar a la “Loca Margarita” la anatema de los godos de Bogotá, en los años cuarenta.
Publicado: julio 25 de 2017