Al departamento del Cauca poco se le escucha en el escenario nacional, y cuando se le escucha, son por hechos de corrupción por parte de algún mandatario, atentados terroristas por parte de Farc o Eln, por la marcha de algún sector cocalero o por alguna catástrofe ambiental.
Todo esto a pesar que el Cauca en otrora ocupada gran extensión en el territorio colombiano, y no solo eso, sino que de este ilustre departamento surgieron grandes próceres que entregaron su vida a la ciencia, a la cultura, al progreso y a la libertad de la república.
Un factor, de muchos, por el cual nuestro departamento se encuentre en el olvido puede ser la ausencia de liderazgos políticos, ausencia que desde hace varias décadas padecemos. Llevamos varios años ya sin un verdadero líder que anteponga los intereses del Cauca a los personales, un líder que ponga sobre la mesa del gobierno nacional (cualquiera que sea) las serias, profundas y viejas problemáticas que nos atañen.
Hasta el 2014, nuestro departamento contaba con cuatro Senadores: uno del partido de la U, dos liberales y un conservador. Sin entrar en detalles ni mencionar nombres, regla general todos ellos se dedicaron a fortalecer sus fortines políticos y descuidaron las necesidades del departamento. Uno de ellos, con muchos años en el parlamento prometía campaña tras campaña la tan anhelada ruta al mar, estamos a mediados del 2017 y nunca llegó. Otro Senador era conocido no por su solidaridad con la comunidad, sino por ser la mente maestra a la hora de introducir los famosos “micos” en las leyes que aprobaba el Congreso. Y de los otros dos ni hablar, el orgullo y la arrogancia se apoderaron de ellos y, aunque hoy intenten mostrarse humildes, el pueblo poco les cree y nada les quiere.
En las últimas elecciones legislativas (2014) solo un Senador, de corte liberal, salió avante; los demás fueron rechazados en las urnas y el mensaje fue claro: la ciudadanía comenzó a despertar, ya no traga entero. Ese Senador que logró salvar su curul, lo hizo con votos de otras regiones del país, y a pesar de ello, ha hecho caso omiso al pueblo y en lo absoluto ha sido promotor de proyectos sociales que favorezcan a la región.
El Cauca tampoco logró mayor representatividad en la lista al Senado del Centro Democrático, eso hay que admitirlo, por ello no se ha contado con una figura firme y constante en nuestro territorio que escuche a la comunidad y eleve las denuncias que a diario surgen. Pero eso no quiere decir que el Centro Democrático haya abandonado al Cauca, no. Al contrario, al no tener nosotros quién nos represente, varios de los Congresistas y directivos del partido han estado al pendiente y han visitado el departamento en diversas y numerosas ocasiones.
Ya estamos en época pre-electoral, y muchos comenzarán a desfilar en busca de avales y apoyos populares, y esto no es ajeno a ningún partido o movimiento político. Es ahí en donde los caucanos debemos ser sabios a la hora de decidir quién nos va a representar: ¿personas que una vez electos pocas veces hicieron presencia en estas tierras? ¿Personas que ni siquiera vivieron en los últimos años en el Cauca y hoy buscan un respaldo? ¿Personas que por un apellido prehistórico creen tener derecho por sobre los demás e imponen su voluntad? ¿Ese tipo de personas anhelamos nos representen?
El olvido del Cauca es el olvido de otros departamentos, ¿o acaso señor lector, en este año cuántas veces se ha preguntado cómo avanza el Amazonas, cómo va todo por Vichada, por Guainía o Vaupés? Muy seguramente pocas veces o quizá ni una sola vez se preguntó por estos departamentos. Departamentos que a pesar que están en el olvido, son parte de nuestra Colombia, y como caucanos y como colombianos debemos apoyarnos entre todos, tanto en la salud como en la enfermedad.
No nos olviden, tenemos mucho qué aportar.
Publicado: junio 15 de 2017