No existe duda alguna de que el consejo nacional electoral es una de las entidades más desprestigiadas de Colombia, y bien merecido resulta aquel rechazo. Se trata de un ente absolutamente politiquero en el que sus integrantes, que se hacen llamar a si mismos “magistrados”, cuando no lo son, pues no hacen parte de la rama jurisdiccional, son operadores políticos de poca monta.
Hace unos días, trascendió la imagen del presidente del CNE, Alexander Vega –conocido con el alias de El Patrón– atendiendo una reunión política en la casa de Roy Leonardo Barreras en la que estaba toda la bancada del partido de La U y el presidente Juan Manuel Santos, de quien Vega es “juez”, por cuanto el CNE está supuestamente investigando las ilegalidades en la financiación de las campañas santistas de 2010 y 2014.
Una persona con un mínimo de decoro se abstendría de participar en eventos políticos en el que se encuentre presente la persona la que está investigando administrativamente. La presencia de Vega en el evento político de Roy Barreras sólo puede interpretarse como la prueba de que él, sin el menor asomo de vergüenza, va a seguir maniobrando para lograr que la investigación contra la campaña de Santos de 2014 caduque el próximo mes de agosto.
No existe el menor interés por parte del consejo electoral de avanzar en el caso Odebrecht. Y aquello aplica para la campaña de Santos y para la de Zuluaga. LOS IRREVERENTES tienen conocimiento de que desde mediados del mes de abril, el consejero al que le correspondió la investigación de Zuluaga tiene lista la ponencia en la que solicita que se abra pliego de cargos por existir “indicios graves” contra aquella campaña.
Esgrimiendo argumentos jurídicos de poca factura, aquella ponencia no ha sido evacuada por la sala plena. Lo mismo sucede en el caso de Juan Manuel Santos.
Lo que hicieron los politiqueros del CNE fue un canje de favores: un “yo te tapo, tú me tapas”. Así garantizarán que llegue el mes de agosto y los procesos sobre las campañas presidenciales de 2014 deban ser archivados por cuenta de la caducidad prevista por la ley.
Y así todos felices, pues los involucrados –Santos y Zuluaga- dirán que ellos tuvieron toda la voluntad de aclarar el asunto, pero dado que la caducidad es irrenunciable, desafortunadamente no se pudo llegar al fondo del asunto por cuenta de las dilaciones ilegales que se presentaron en el CNE.
Harta razón le asiste al presidente Uribe cuando propone que en Colombia haya una sola corte, con distintas salas, para acabar con tanta politiquería judicial. En el entendido de que el consejo nacional electoral no es una corte, ésta entidad está en mora de ser eliminada de una vez y por todas, para asignarle esas funciones al Consejo de Estado o a otro ente que sea integrado por verdaderos juristas, pero sobre todo por personas con mayores calificaciones morales. No es sano para la democracia que los “gendarmes” electorales del país sean unos sujetos como el señor Alexander Vega, un prevaricador de tiempo completo que negocia fallos en eventos sociales de su partido político.
Publicado: junio 5 de 2017