Alberto Bernal: Sin productividad no hay progreso

Alberto Bernal: Sin productividad no hay progreso

Muchos colombianos seguimos enfrascados en la idea de que somos mejores trabajadores que en otras latitudes porque somos personas “recursivas”.

El mes pasado, XP Securities organizó un evento de mercados para inversionistas internacionales en Bogotá. Contamos con la participación de unos 50 inversionistas nacionales e internacionales en nuestro evento. Los inversionistas tuvieron la posibilidad de oír las visiones sobre el futuro del país de parte de las delegaciones del Ministerio de Hacienda, del Ministerio de Minas, de la Bolsa de Colombia, de Ecopetrol, del Congreso de la República, de la comunidad de analistas, del expresidente Uribe, y de expertos nacionales en productividad.

Para esta columna me quiero enfocar en el tema de la productividad. Rosario Córdoba, presidente del Consejo Nacional de Productividad, le presentó al público inversionista un clarísimo diagnóstico de las razones que hay para explicar la desaceleración tan marcada que ha tenido la economía colombiana en los últimos años. Rosario mostraba en su presentación como la formación bruta de capital se había incrementado en casi un 300% entre el 2000 y el 2015, pero como al mismo tiempo la productividad total de los factores no había crecido entre el 2000 y el 2015. Así como lo leen, la productividad total no creció ni una milésima durante 15 años en Colombia.

Mirando los datos de crecimiento económico en forma desagregada, entre el 2000 y el 2012 le economía de Colombia se expandió un promedio de 4.2% por año. ¿Qué explicó ese crecimiento? 1.5 puntos porcentuales de ese crecimiento se debió al incremento del capital físico, 2.5 puntos porcentuales se debió al crecimiento del empleo, y 0.2% se debió al crecimiento de la productividad. Comparando a Colombia con China, del promedio de crecimiento anual de China, que fue del 9.7% a/a entre el 2000 y el 2012, 5 puntos porcentuales se debieron a la productividad, 3.7 puntos porcentuales al incremento del capital físico, y 1 punto porcentual al incremento del empleo.

En términos de la productividad por persona empleada en dólares constantes, un trabajador de EEUU pasó de producir USD $38,000 dólares en productos y servicios en 1950 a producir $118,960 en el 2016, mientras que un trabajador colombiano pasó de producir USD $12,000 en 1950 a producir solamente $27,487 en productos y servicios en el 2016. Mejor dicho, en promedio, hoy en día se necesitan 4.3 trabajadores colombianos para producir lo mismo que produce un trabajador norteamericano.

Estos datos son la realidad. El lector solo tiene dos opciones. O creer lo datos, o entrar en negación, porque muchos colombianos seguimos enfrascados en la idea de que somos mejores trabajadores que en otras latitudes porque somos “recursivos” y “echados pa’lante”. Para los que decidimos aceptar la realidad y queremos hacer algo para arreglar la situación actual, Rosario presenta tres recomendaciones. Primero, es necesario trabajar más para disminuir la ineficiencia del sistema tributario. En específico, se necesita lograr que más personas paguen impuestos para que así las empresas paguen menos.

Segundo, decir que Colombia es una economía abierta es un mito urbano. Hoy en día el comercio exterior pesa 30.8% del PIB, apenas un poco más que el 27% que pesaba en 1989, antes de la apertura económica. Más impresionante aún, el 76% de los bienes que se importan en Colombia son sujetos de barreras no arancelarias. Mejor dicho, lo que dice el candidato presidencial Robledo sobre la apertura económica es una falsedad. Por último, existen barreras inmensas en el mercado laboral. En Colombia sigue siendo muy costoso despedir empleados, y hasta que no se disminuya este costo, las empresas continuarán reacias a contratar más empleados, porque el costo del despido es prohibitivo. El diagnóstico es claro. Toca ver si tenemos la capacidad de aceptar la realidad y tomarnos la medicina.

@AlbertoBernalLe

Publicado: junio 27 de 2017