Llama la atención el interés de las comunidades por saber cómo va a ser la reinserción efectiva de los guerrilleros.
Otra vez, ando en la actividad que más me gusta, exceptuando estar con mi nieta, recorriendo ciudades y pueblos de Colombia. Qué bello es este país. No me canso de verlo; sus distintos paisajes, esos mares, montañas y lo mejor: las personas que reciben al precandidato Iván Duque con ese cariño y con esa esperanza en sus ojos.
Duele sentir repetidamente, en todo lugar donde hemos estado, el desánimo, el desconcierto y al mismo tiempo esa luz de esperanza y de confianza en quien sea el candidato del Centro Democrático, o como dicen con mucha frecuencia, estamos con el que Uribe diga. A ese grado de confianza ha llegado Colombia con el expresidente Álvaro Uribe.
Me da mucho dolor decirles que con los problemas que hoy tiene Colombia, me siento en 2001. Repitiendo la campaña que llevó a la presidencia a Álvaro Uribe en el año 2002. Cómo hemos retrocedido, sólo que en esa época no teníamos a los narco terroristas de las Farc de arriba a abajo, sueltos de madrina por todas partes.
Nuevamente esta campaña, así como en el 2001, se centrará en los cinco pilares del expresidente Álvaro Uribe: seguridad democrática, confianza inversionista, cohesión social, austeridad en el gasto y diálogo popular.
En lo económico, Colombia tiene que comenzar a crecer nuevamente al 5 o 6%. Este año crecerá un poco más de 1%. El derroche de Santos en publicidad, lujos, mermelada y viajes, ha llevado al país a una situación muy difícil. Para curar esta situación, a Santos se le ocurrió subir los impuestos y el IVA, llevando a las personas y consumidores a un estancamiento en su economía. Los impuestos y el IVA han bajado el consumo notablemente.
Si no hay consumo, no habrá las ventas que se necesitan para mantener activo el mercado. Las exportaciones también han disminuido. Es obligación del nuevo presidente, revisar tarifas de impuestos e IVA para mover el mercado. Además hay que dar nuevamente estabilidad jurídica a los inversionistas que son los que generan empleo, así como mejorar el déficit fiscal.
El petróleo que era el principal causante del derroche, se nos está acabando. De cuándo acá es Colombia un país petrolero. Ni qué decir de la baja del precio, que ha causado un desorden absoluto en los presupuestos del gobierno. Todo lo calcularon con un precio de barril a $100 dólares y hace más de un año los precios rondan los $40 dólares. Se le acabó la bonanza al gobierno y no ahorraron para la época de las vacas flacas.
Al nuevo gobierno le tocará lidiar con el acuerdo de paz, que además de estar pésimamente hecho, se le suma el desorden del gobierno en cumplir los cronogramas establecidos, lo que permite a las Farc, tener motivos para no cumplir tampoco.
Todavía no sabemos cómo será ese acuerdo en la práctica y la reacción que tendrán los colombianos, ante tal despropósito. Muy preocupante es ese tema, que podría llevar a nuevas violencias, por cuenta de la impunidad.
Llama la atención el interés de las comunidades en saber cómo va a ser la reinserción de guerrilleros a la sociedad. Temen que no se haga de manera correcta y también sea motivo de nuevas violencias. Este gobierno es tan llevado de su parecer, que todo el trabajo realizado en la Agencia de Reintegración ni siquiera es tenido en cuenta para el caso FARC. Desaprovechan la experiencia de varios años en reinserción a la sociedad de la guerrillerada.
No aparecen los programas y preocupa mucho cual será el destino de estos guerrilleros. Ante la falta de trabajo o estudio es muy probable que vuelvan a actividades delictivas. Eso sería muy grave porque volveríamos a lo mismo.
Le toca al presidente elegido, hacer modificaciones a ese acuerdo de paz. Temas como el narcotráfico, la entrega de recursos y armas, así como la impunidad tendrán que ser revisados. Así mismo, como lo comenté anteriormente, la labor de reintegración tendrá que tener toda la importancia, para lograr el efecto buscado, que es la reinserción positiva de la guerrillerada a la sociedad o comunidad donde vivirán. Aunque no parezca, al final esto es lo más importante de un acuerdo de paz. Si no se logra, nada se logró.
Eso es lo que pide la gente en las regiones. Además se sienten nuevamente amenazados por disidencias Farc, Bacrim, Eln y grupos delincuenciales producto del acuerdo de paz que ha traído consigo miedo, desconfianza, inseguridad.
Hasta ahora, el gobierno no ha logrado mostrar las ventajas del acuerdo y dudo que lo haga, por las condiciones en que quedamos los colombianos, con relación a las Farc. Mejor no les pudo ir; ni ellos mismos se lo creen.
P.D. Muy injusta la llamada a juicio de Santiago Uribe. Exigimos debido proceso, no más falsos testigos, aceptación de pruebas, todas las garantías que hasta ahora no ha tenido.
Publicado: junio 14 de 2017