Gabriel Rodríguez: Todo era verdad

Gabriel Rodríguez: Todo era verdad

Todo lo que se había dicho por parte de la oposición, que los preocupaba enormemente acerca lo que se estaba acordando en la Habana con el grupo terrorista de la Farc, resulto cierto. Nada se pudo hacer para cambiar el curso peligroso que llevaban las cosas, porque a medida que avanzaba el diseño del Acuerdo el presidente Juan Manuel Santos (JMS) se encarga de negarlo y desmentirlo. Con tal convencimiento  que tranquilizaba a la preocupada audiencia. Pero nadie sabía con total certeza que este personaje tenebroso era un maestro excelso de la mentira y la patraña, o de lo que hoy se llama la post-verdad. De tal manera que pudo ir avanzando a través de esa estrategia, aprendida en el curso de su vida profesional y personal, que ya desde niño mostraba su propensión por esta desafortunada patología.

Cuentan algunos allegados a su familia que siendo un joven de 15 años y para dárselas de intelectual, ante una reunión social, le preguntan a JMS que libro estaba leyendo y respondió que un libro del filósofo griego Sócrates. Resulta que Sócrates nunca jamás escribió un libro.

Cuando la mentira es patológica es cuando es mas peligrosa por que el mentiroso no se da cuenta que la dice, esta poseído por un fuerte sentimiento (parece ser que es de origen bioquímico, es decir inevitable) de creer que lo que dice es verídico, tanto que ni siquiera los gestos, ni siquiera un parpadeo lo puede delatar, porque es un acto total de autconvencimiento.

Varios países han tenido que padecer gobernantes enfermos, de diferentes talantes y posturas, pero que al fin y al cabo están enfermos. Que nefasta hora la de Colombia de dar con un gobernante en esas condiciones.

En política nada es más peligroso que un mitómano con poder, porque el mal triunfa ante el silencio de los buenos, sobre todo en una época donde la llamada post- verdad está en boga, ya que uno no sabe si creer o no creer. La política santista de la post-verdad ha venido patrocinando la desinformación, las injurias peligrosas a lo Joseph Fouché, el complot inmoral, las mentiras disfrazadas de verdad, las conspiraciones maquiavélicas, la manipulación del pueblo y de los medios de comunicación, algunos ya descaradamente cooptados. El presidente JMS se ha dado cuenta que es muy efectiva y de lo sagaz que ha sido para el uso de ella, que la sigue utilizando sin temor alguno. Y los negociadores del gobierno y los miembros de la Farc sentados en la mesa de la Habana también se dieron cuenta de lo fructífera que podía ser, que el Acuerdo tuvo que ser montado y llevado a cabo atraves de la post-verdad, que no es otra cosa que la verdad a medias, la mentira disfrazada de verdad. El peligro está en que, como dice la periodista Masha Gessen, se utilicen las herramientas de la democracia, como la prensa, la libertad de expresión, los plebiscitos, para destruir la propia democracia.

@rodrigueztorice

Publicado: mayo 18 de 2017