Análisis de Camilo Rubiano Becerra
La semana pasada, el Gerente del Banco de la Republica en una entrevista, sorprendió cuando aseguró que el país estaba atravesando una «situación difícil». Ese comentario reafirma lo que hemos venido diciendo en este espacio: las famosas locomotoras del gobierno Santos nunca arrancaron.
Igualmente, el Dane publicó el informe del comportamiento económico del país, en el primer trimestre del año 2017. La situación es contraria a lo señalado por el presidente Santos y el ministro Cárdenas; por ejemplo, el desempleo del cual este gobierno se jacta de haberlo reducido de una forma histórica, para el primer trimestre del 2017 cerró en un 10,6% ubicando a Colombia muy por encima de Ecuador (4,4%) , Chile (6,6%) , Perú (6,4%) y Argentina (7,6%).
La desaceleración es completa. En el mismo informe, el Dane informó cuál fue el comportamiento del PIB en el primer trimestre del 2017. Este indicador cerró en un muy reducido 1.1%, crecimiento tan bajo que no se vio desde la crisis que enfrentó y sacó adelante el Gobierno Uribe en el año 2009.
Todos los sectores están fundidos. La construcción cerró en -1,4%, que se ve reflejado en la caída en las ventas del cemento y que ha hecho que la producción de este material haya caído un 7,2%.
Otro de los sectores más golpeados siguen siendo el petrolero y el minero que en el primer trimestre cerró en -9,4%, sumando todas las actividades de este sector. Por ejemplo, la extracción de petróleo y gas fue de -12,3% y la de minerales metálicos fue de -19,5%. La industria manufacturera sigue manteniendo un crecimiento bastante tímido, que se ubica en un 0,3%, perdiendo la oportunidad que brinda la revaluación del dólar para exportar.
Ante esto, el país debe incluir dentro del debate político que se avecina el tema de la economía. Este gobierno le ha mentido a los colombianos durante casi siete años. El presidente Santos, cegado por su vanidad de firmar un acuerdo y ganarse un Premio Nobel, abandono al sector empresarial y productivo de Colombia.
Las pobres políticas publicas en material comercial, tienen a nuestro país con una balanza negativa y con problemas. Este debe ser un tema central, para que en el próximo gobierno tengamos verdaderas locomotoras que logren jalonar la economía, con un apoyo decidido y sin restricciones al sector productivo, con una carga tributaria liviana que los ayude a ser competitivos de verdad y no con intimidaciones como las hace este gobierno.
En conclusión, llego la hora del cambio, porque las famosas locomotoras de Santos no funcionaron, algunas nunca arrancaron y las que sí lo hicieron, se fundieron en el camino.
Publicado: mayo 22 de 2017