Como periodista que aún soy, le recuerdo al presidente Santos que es imperativo que la prensa sea libre e independiente.
De acuerdo a la más reciente encuesta de Invamer, publicada a comienzos de esta semana, el 74% de los colombianos creen que las cosas van por mal camino. Según el presidente, Juan Manuel Santos, los grandes responsables de este pesimismo nacional son los medios de comunicación y los columnistas del país, que “solo se concentran en la parte mala”.
Sin embargo, Santos, que tanto se ufana de haber sido periodista, parece que desconoce el compromiso de la prensa con la verdad. Es por eso que él no tiene problema en cuestionar y atacar a los medios sin ningún pudor. Porque cabe anotar que esta no es la primera vez que lo hace. Anteriormente, más exactamente por el mes de marzo de este año, el presidente manifestó su inconformidad con los informes de prensa que denunciaban la corrupción.
Posteriormente, en el mes de abril, en una reunión realizada con la junta directiva ampliada de la ANDI en la Casa de Nariño volvió a irse “lanza en ristre” contra los medios de comunicación. En esa ocasión, el mandatario señaló que la situación de pesimismo de los ciudadanos en Colombia era culpa de los medios y de sus dueños.
Pero eso no es todo. En diciembre de 2016, Santos también confrontó (y regañó) a los periodistas cuando estos le preguntaron por los negocios petroleros en Colombia, que tiene la directora del comité del Premio Nobel.
Como periodista que fui durante muchos años (y que en esencia aún soy), le recuerdo al presidente Santos que es imperativo que la prensa sea libre e independiente. Finalmente, para que se pueda hacer una investigación objetiva, sin sesgos, y lo más fiel a la verdad, es fundamental que los medios no reciban presiones de ningún tipo y, mucho menos, de parte del gobierno de turno.
No se puede olvidar que la prensa hace un contrapeso al poder y a sus posibles abusos. De ahí que su papel sea fundamental en la democracia. En efecto, uno de los síntomas que evidencian las crisis en los gobiernos democráticos es la censura a la prensa. O sino que nos lo digan nuestros hermanos venezolanos, que han visto como los medios sufren la represión del gobierno de Nicolás Maduro.
Es por eso que es una ironía que Santos diga que no nos parecemos en nada a Venezuela, más cuando él es quien sale a presionar y a responsabilizar a los medios de comunicación por su mal gobierno. Honestamente, presidente, deje de buscar culpables en la prensa. Mejor deje de preocuparse (obsesionarse) por su imagen internacional y comience a trabajar aquí en Colombia.
Porque no es un invento de los medios de comunicación lo que está pasando en el país: paros en Buenaventura y Chocó, paro de maestros, Plan Pistola, el Clan del Golfo, crisis de la salud, las disidencias de las Farc, los policías asesinados, la crisis de su proceso de paz, la ola invernal, la desaceleración de la economía, la dramática disminución del consumo, el pobre crecimiento económico del país, el desempleo, los ataques del Eln, el aumento de los cultivos ilícitos, etc., etc., etc. ¡Es que no es poco!
Y, justamente por eso, presidente, es que los medios de comunicación no podemos ser su comité de aplausos o sus porristas. Ante todo la verdad, ante todo nuestro compromiso con la democracia y con los ciudadanos.
Lo más curioso de todo esto es que ni siquiera la prensa de su propio gobierno, la que maneja la imagen de Santos ante la opinión pública desde la Casa de Nariño, se salva de los ataques del mandatario. Porque ellos también han sido señalados de no saber comunicar los “logros de su gestión” y por eso sus índices tan bajos de popularidad entre los colombianos. Claro, esto es una excusa porque para nadie es un secreto el derroche en pauta y publicidad del gobierno Santos.
Lo importante, en este momento, es que los medios de comunicación no se dejen callar por el gobierno Santos. Es nuestra responsabilidad, porque sigo siendo periodista, hacer control en todos los niveles: político, económico, social, etc. En la independencia de la prensa está el presente y el futuro de la democracia y de todo un país.
Publicado: mayo 26 de 2017