Han pasado 15 años de la masacre de Bojayá. Santos premió a los autores del crimen con impunidad y elegibilidad.
La masacre de Bojayá
Decir que el acto de barbarie de Bojayá fue el peor de los que cometieron las Farc, significaría restarle importancia a todas las demás atrocidades adelantadas por aquella banda terrorista que se encargó de bañar de sangre a nuestro país durante décadas.
Pero no hay duda que esa acción demencial se constituye en una imborrable marca de dolor e ignominia.
119 personas asesinadas y 104 heridas fue el resultado de aquella incursión de las Farc a la empobrecida población chocoana.
Responsables quedarán impunes
Todos los miembros del frente 57 de las Farc, escuadrón que perpetró la masacre, serán cobijados por la amnistía del gobierno de Santos.
A aquello, hay que sumarle que alias Iván Márquez, miembro del denominado secretariado de las Farc y quien fue el autor intelectual de aquel crimen no responderá.
Ni un minuto de cárcel pagarán los planificadores y perpetradores de la masacre por la que de manera insólita fue condenado el Estado, particularmente el ministerio de Defensa.
El mundo al revés
En julio del año pasado, el consejo de Estado dejó en firme una condena de primera instancia emitida por el tribunal administrativo del Chocó, en la que se fijó una indemnización de $40 mil millones de pesos a quienes padecieron el rigor de ese acto terrorista.
El estrambótico fallo, llegó al extremo de ordenar que el expresidente Pastrana –quien gobernaba el día que ocurrió la masacre- y la cúpula militar de la época paguen parte de las indemnizaciones.
Resulta exótico que los colombianos sean obligados a pagar por la masacre, mientras que los autores de la misma no serán castigados ni obligados a reparar con su propio patrimonio a las víctimas.
Lo que resulta aún más humillante: quienes asesinaron a los campesinos inermes –entre los que se contaban decenas de niños- quedarán habilitados para ocupar cargos de elección popular en aquel municipio. Así las cosas, no es de extrañar que, por cuenta del acuerdo Santos-Timochenko, guerrilleros del frente 57 terminen ejerciendo como concejales o alcaldes en Bojayá.
Abandono oficial
Durante el gobierno del presidente Uribe, se hizo un especial esfuerzo por acompañar y proteger a los sobrevivientes de la masacre.
El presidente Uribe despidió el año 2006 en Bojayá. Desde esa localidad, invitó a que “creemos una gran sensibilidad en ese colectivo que es la patria, de respeto a la vida. Erradiquemos la impunidad y dediquemos todos nuestros esfuerzos a defender ese don precioso que es el don de la vida…Derrotemos el crimen, para que viva la vida”.
A través de distintos programas oficiales, el gobierno de la seguridad democrática buscó que los habitantes de Bojayá que sobrevivieron a la masacre pero que por temor abandonaron sus casas, pudieran regresar y rehacer sus vidas.
Con la llegada de Santos al poder, todos esas iniciativas fueron suspendidas. Hoy, Bojayá es tierra de nadie, donde las bandas emergentes y las estructuras mafiosas son el “dios” y la ley.
Publicado: mayo 3 de 2017