El gobernador de la Florida, gran aliado de Trump, pone en evidencia el malestar frente al proceso con las Farc.
Gobernador afecto a Trump
Rick Scott ha sido gobernador del estado de la Florida desde el año 2011. Como miembro del partido republicano, fue uno de los primeros gobernadores en adherir a la candidatura de Donald Trump, luego de que éste se impusiera en las elecciones primarias en aquel estado. “Con su victoria de ayer, creo que llegó el momento para los republicanos de aceptar y respetar la voluntad de los votantes y unirse detrás de Donald Trump”, fue el mensaje que envió Scott al explicar su adhesión a la campaña del hoy presidente de los Estados Unidos.
Un hombre de convicciones firmes
El gobernador Scott tiene muchas más similitudes ideológicas con el presidente Trump de las que muchos se imaginan.
Es un defensor de la aplicación de la pena de muerte, al extremo de haber rechazado públicamente a la fiscal del condado de Orange (Florida), cuando no pidió la pena capital contra el responsable de un homicidio múltiple.
Gobernador de los latinos
La comunidad latina ha respaldado la gestión de Scott durante los 6 años al frente de la gobernación de la Florida.
Consciente del peso electoral que tiene la comunidad de origen hispano, el gobernador ha estado atento de sus quejas. Aquello, sumado a su verticalidad en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, explica la contundente carta que le envió al presidente Trump horas antes de que tenga lugar su encuentro con Santos.
Las 3 preocupaciones de Scott
En su misiva, el gobernador le solicitó al señor Trump que “durante su reunión con el presidente Santos, yo le pido por favor que traiga a colación las siguientes preocupaciones que he escuchado”.
La primera preocupación del gobernador tiene que ver con el incremento exagerado de la producción de cocaína en Colombia. “Los peligros del narcotráfico en Colombia pueden afectar negativamente a naciones cercanas, antes de que esas drogas alcancen nuestras costas en los Estados Unidos”.
El otro motivo de alarma de Scott tiene que ver con la preservación de la democracia colombiana, como consecuencia del acuerdo firmado entre Santos y el jefe terrorista alias Timochenko.
El tercer asunto enunciado hace referencia a las cuentas pendientes que los cabecillas de las Farc tienen con la justicia estadounidense. “Hay terroristas de las Farc que tienen órdenes de arresto vigentes, emitidas por cortes judiciales de los Estados Unidos. Espero que el gobierno colombiano entienda que abstenerse de extraditar criminales solicitados por los EE.UU es inconsistente con nuestro compromiso de luchar contra el terrorismo”.
Santos no la tendrá fácil
Santos, que está acostumbrado a mentir y a engañar a los colombianos, seguramente saldrá de la reunión con el presidente Trump a decir que le fue muy bien y que hay un respaldo cerrado y absoluto del gobierno de los Estados Unidos a su proceso de paz.
Lo cierto e incontrovertible es que el nuevo gobierno de ese país ve con muchas reservas el proceso con las Farc, banda considerada desde 1997 como una organización terrorista.
Así mismo, los cabecillas de las Farc son acusados en diferentes cortes norteamericanas de narcotráfico, secuestro y homicidio, razón por la que por sus cabezas pesan recompensas que oscilan entre los $2.5 y los $5 millones de dólares. (Al respecto, le recomendamos leer “Los extraditables de las Farc”).
Publicado: mayo 18 de 2017