Harlan Henao, articulador del robo de $70 mil millones de Fondelibertad, es premiado con un contrato de $12.5 millones mensuales.
Harlan Henao
Para muchos, el nombre de Harlan Henao no dice absolutamente nada. En cambio, para Juan Manuel Santos, ese oscuro personaje fue una ficha clave en el montaje de la campaña que lo llevó a la presidencia de la República en el año 2010.
Como ministro de Defensa, Santos tenía control absoluto de Fondelibertad, una entidad que manejaba un presupuesto millonario para atender a los secuestrados que recuperaban la libertad y a sus familiares durante el tiempo del plagio.
En la dirección de Fondelibertad, Santos nombró a Harlan Henao con el fin de que desviara los recursos de esa dependencia para atender asuntos que no tenían nada que ver con los secuestrados.
Feria de contratos
Henao suscribió millonarios contratos a favor de personas de dudosa reputación como la exdirectora del CTI de la fiscalía, Marilú Méndez –quien estuvo presa por haber facilitado el desfalco de esa entidad- y el hoy embajador y comisionista Juan Mesa Zuleta.
Lo cierto es que Santos utilizó a Fondelibertad para aceitar su campaña. Muchas personas que trabajaron en la misma, concomitantemente tenían contratos en esa entidad.
Eso significa que, con dinero público, Santos pagó a los colaboradores de su candidatura a la presidencia de Colombia.
Más de $70 mil millones de pesos perdidos
Según las estimaciones, en Fondelibertad se perdieron más de $70 mil millones de pesos. A los pocos meses de posesionado, a Santos le estalló ese escándalo de corrupción en la cara. Como es natural en él, le dio la espalda a Harlan Henao quien había sido designado en un importante cargo en Acción Social de la presidencia de la República, desde donde seguramente seguiría saqueando las arcas del Estado.
Con fingido tono de indignación, Santos reclamó que contra su compinche “cayera todo el peso de la ley”. Eso fue lo que dijo en público, pero en privado movió todas su influencias para que la justicia no investigara y no castigara a su cómplice en ese monumental asalto.
Henao quedó impune
El tiempo, que es el mejor aliado para la impunidad, fue suficiente para que la investigación contra Harlan Henao durmiera el sueño de los justos y el expediente, arrumado en la más profunda esquina de algún despacho judicial, fuera invadido por el moho.
El reencauche de un viejo compinche
En el mundo del hampa, los antiguos aliados no se olvidan. Esa misma norma aplica Juan Manuel Santos con quienes han sido sus socios de fechorías. El pasado 6 de febrero, el Fondo de Adaptación celebró con Harlan Henao un contrato de $149.940.000 para que preste sus “servicios profesionales para apoyar la implementación del modelo operativo del Fondo de Adaptación y la gestión del cambio de los procesos de planeación estratégica”.
El rimbombante objeto del contrato significa, en otras palabras, que el señor Henao no hará absolutamente nada distinto que pasar a cobrar, a final de cada mes, su cheque por $12.495.000.
Impune y con dinero en el bolsillo
El epílogo del nauseabundo saqueo a Fondelibertad era previsible. El articulador del ilícito, Harlan Henao, quedó impune y con un millonario contrato del Fondo de Adaptación. Y el cerebro del mismo, Juan Manuel Santos, como presidente y Nobel de Paz.
Publicado: mayo 15 de 2017