Los terroristas de las Farc amenazan con sus fusiles y sus explosivos, luego de la decisión de la corte Constitucional.
La banda terrorista de las Farc parece no haber entendido que en Colombia no se derogó el Estado de Derecho por cuenta del acuerdo que Santos suscribió con ellos.
Si bien es cierto que el pacto negociado en La Habana hirió gravemente a la democracia, no menos lo es que las menoscabadas instituciones aún tienen competencias y funciones.
La decisión adoptada por la corte Constitucional, que le pone cortapisas el abusivo sistema abreviado, popularmente conocido como el fast track, ni acabó ni liquidó el proceso Santos-Farc, como han querido decir algunos portavoces de la guerrilla, entre ellos el cuestionado senador, Roy Leonardo Barreras, quien desde que se conoció la noticia se dedicó a meterle miedo a la gente, anunciando que habrá muchos muertos como consecuencia del fallo del tribunal constitucional.
La corte ha decidido algo que parece lógico: que el congreso de la República mantenga su función deliberativa. Resultaba absurdo que la rama legislativa se convirtiera en un órgano castrado, imposibilitado para debatir las iniciativas del gobierno a la hora de implementar el cuestionado y rechazado acuerdo con el terrorismo.
Con el congreso actual, mayoritariamente oficialista –por cuenta de la denominada mermelada– el santismo tiene los votos suficientes para aprobar las leyes que le venga en gana. La diferencia es que los congresistas, sobre todo los de la oposición, podrán hacer propuestas y debatir sobre los proyectos.
El congreso no puede, en ningún caso, ser un notario.
Pareciera entonces que Santos le había asegurado a la guerrilla que liquidaría la función deliberativa de la rama legislativa, pues la reacción agresiva de los terroristas luego de que se conociera la decisión de la corte Constitucional es el reflejo de que hay una parte de esta historia que el país aún no conoce.
¿Por qué las Farc están amenazando con volver a la guerra? ¿Por qué el principal cabecilla de esa estructura terrorista, alias Timochenko, ordenó que “todas las zonas y puntos de transición y normalización entran en asamblea permanente”?
¿Qué significa esa “asamblea permanente” decretada por el capo de la guerrilla? ¿Abrirán los contenedores donde supuestamente están guardadas sus armas y volverán a portarlas?
Lo cierto es que la gran ganadora con la decisión de la corte Constitucional es la democracia colombiana. En octubre del año pasado, la mayoría ciudadana votó en contra del acuerdo de rendición del Estado ante la mafia terrorista. Santos, de manera arbitraria y criminal, se robó el plebiscito.
Lo mínimo que debe garantizar la corte es que el constituyente derivado tenga el poder de debatir y, por supuesto, modificar las normas que presente el Ejecutivo.
Queda en evidencia que los delincuentes de las Farc no tienen el menor interés de acomodarse a la vida en democracia. Ahora, que la corte adoptó una decisión en defensa de la Constitución y que, por supuesto va en contravía de sus intereses protervos, amenazan otra vez a la ciudadanía con sus asquerosos fusiles y su ignominiosa dinamita.
En democracia, unas se ganan y otras se pierden. Esta fue la oportunidad para que las ganadoras fueran la democracia y la sociedad y el derrotado haya sido el terrorismo.
Publicado: mayo 18 de 2017