Da igual agarrar a palazos a un hombre de la tercera edad o pegarle un tiro –preferiblemente a quemarropa- a un estudiante universitario. Eso no importa. Lo que es inadmisible es que marchen clamando libertad y justicia para su país. Para Nicolás Maduro y su cartel de los soles, nadie tiene derecho a protestar, a pesar del hambre y la miseria.
Quienes conducen las motos que transportan a los integrantes de las milicias bolivarianas, aplauden cuando alguien se roba las cuatro llantas de un carro parqueado en el andén de una urbanización de estrato medio-bajo. De hecho, estos vándalos pagados por el gobierno, estimulan la delincuencia como forma de lucha. Pan de todos los días en las calles de Venezuela, un país que ha vivido el éxodo de 3 millones de sus hijos. (900 mil han llegado a Colombia).
Entre tanto, mirar hacia otro lado, o hacerse el de la vista gorda ante el angustioso devenir de un comerciante que carece de los recursos para pagar la nómina de su negocio, porque no hay con qué comprar la mercancía que podría ofrecer para vender, o porque la dictadura restringe el número de productos que se puede ofrecer al público, es parte de la estrategia del régimen chavista, conformado por narcotraficantes profesionales, asesinos sin alma que hace mucho rato perdieron el corazón. Esos sátrapas sólo piensan en dinero y vanagloria. Son personas desconectadas de la realidad, radicalizadas por la arbitraria esencia de su ideología.
Cegados por el poder, han arrasado con todo lo que se encuentran a su paso: industrias, sindicatos, universidades, hospitales, microempresas, familias, iglesias, organizaciones, clubes, asociaciones, expresiones culturales y un larguísimo conjunto de valores humanos que consideran “imperialistas” y “antirrevolucionarios”.
Cuando se pierde el corazón, cuando ya no hay sentimientos, se pierde la vida. No obstante, en términos humanos, mientras exista un referente más allá de la biología, cuando exista una dimensión espiritual, siempre florece la esperanza.
Por eso, aunque estés agonizando, aunque hoy sufras la tortura, ¡no te rindas Venezuela! Porque tus hijos valientes, tu folklore honesto y tus sueños por venir, valen mucho, muchísimo más, que la mente criminal de quienes hoy están destrozando tu porvenir.
¡Venezuela, no te rindas! Sigue marchando con Fe, sigue enfrentando a los esbirros de un régimen que quiere aislarte del planeta, para terminar de enterrar el destino de tus mejores hombres y mujeres, y de aquellos que están por nacer.
Que el bravo pueblo, ese que hoy demuestra toda su valentía para romper las cadenas del yugo comunista que lo oprime sin misericordia, no se detenga. Que los malvados revolucionarios castro-chavistas, los mismos que han pasado por encima de las leyes que han impuesto con terror, siempre siguiendo el capricho de sus intereses y no la voluntad de su pueblo, sean removidos del poder en el menor tiempo posible.
Venezuela, la sangre de tus jóvenes héroes no ha sido derramada en vano. Porque la virtud, la justicia, el honor y la dignidad de más de 30 millones de patriotas son el más elocuente testimonio de tu grandeza. Luego de recorrer el calvario del comunismo, estás dando la batalla por el más hermoso de los valores: la Libertad. ¡No te rindas!
Mr. President Trump: it´s time to act. It’s time to show the real spirit of democracy across the world. Latin America needs your support, because all of our peoples loves freedom. The current enemy is a diabolic alliance between narcos and communism. Don’t be afraid. Remember John Paul II and Ronald Reagan´s legacy.
Con todo respeto: El Presidente de los Estados Unidos está muy contento de poder conversar y decirle unas cuantas verdades en la cara a su homólogo colombiano, quien tendrá que responder preguntas incómodas que reclaman respuestas honestas. Colombia, además de primera potencia mundial en producción de cocaína, ¿ahora se perfila como promisorio mercado consumidor? ¿“Logros” para mostrar del progresismo “políticamente correcto”?
“Como amo la libertad tengo sentimientos nobles y liberales; y si suelo ser severo, es solamente con aquellos que pretenden destruirnos.” (Simón Bolívar).
Publicado: mayo 3 de 2017