Con el anuncio de que el doctor Fabio Echeverri Correa sería designado como presidente honorario de la colectividad, el Centro Democrático inició su segunda convención cuyo propósito era el de aprobar la reforma estatutaria y oír a los precandidatos presidenciales.
En el evento, se protocolizó la inclusión de Paloma Valencia y del exviceministro Rafael Nieto Loaiza a la lista de precandidatos.
Fue un buen momento para el partido uribista. Sus bases pudieron, por primera vez, tener a los 5 precandidatos presidenciales: Iván Duque, Carlos Holmes Trujillo, Paloma Valencia, María Guerra y Rafael Nieto Loaiza. Todos hablaron, todos expusieron su visión de país, todos esbozaron su programa de gobierno. Al culminar la convención, Tatiana Cabello, representante a la Cámara por Bogotá le dijo a este portal que “estamos preparados para ganar en el 2018. Tenemos precandidatos con capacidad para devolverle la esperanza a Colombia”.
Las encuestas indican que la mayoría quiere que el próximo presidente sea del Centro Democrático. Después de la convención, queda claro que cualquiera de los 5 precandidatos posee el talante suficiente para asumir las riendas de Colombia.
El partido uribista tiene un desafío inmenso por delante. No puede desgastarse en una eterna campaña interna que por más buena voluntad que haya, indefectiblemente generará polarizaciones entre los seguidores de unos y de otros.
Sin que la campaña esté en marcha, ya se registran roces que terminarán desenfocando al partido de lo fundamental: ganar las elecciones de 2018.
Resulta esencial que los precandidatos fijen rápidamente las reglas de juego para efectos de seleccionar al candidato. Lo importante es que se dio un paso muy importante: el candidato saldrá de un mecanismo democrático y no cerrado, como ocurrió en 2013, cuando Óscar Iván Zuluaga fue aclamado en una convención.
Por su parte, el presidente Uribe fue claro y enfático al marcar el derrotero de su partido. Cuando se estaba aprobando la modificación de una parte de los estatutos, se presentó una discusión por cuenta de una imprudente propuesta que buscaba exigir un tiempo mínimo de militancia en el Centro Democrático para poder aspirar a tener un aval de la colectividad.
Al respecto, el presidente Uribe exhibió su gran talento político al plantear que el partido no podía ponerle talanqueras a las nuevas personas que quisieran sumarse. Y puso un caso: “yo quiero que el 80% de las personas que votaron por el SÍ en el plebiscito, se unan al Centro Democrático”.
El CD no puede ser una colectividad cerrada y excluyente. Al contrario: debe abrir sus puertas para que ingrese el mayor número de militantes posible. Es claro que quien se afilia al Centro Democrático, lo hace sobre la base de que comparte el cuerpo doctrinario de esa colectividad, pero aquello no significa que se impida la existencia de matices ideológicos que hoy existen.
Basta con mirar la integración actual de la bancada del congreso, en la que hay personas de derecha y otras que vienen de la izquierda. Está la esposa de un militar retirado y el hijo de un importante líder conservador, quienes comparten asiento con un exguerrillero del M-19. Es un partido de centro, pero sobre todo democrático.
Plantear un partido cerrado significará cambiar la naturaleza del mismo, para convertirlo en una logia a la que concurrirían personas con ideas idénticas, para hablarse y aplaudirse entre ellos mismos, lo cual es eminentemente impolítico y absolutamente ineficaz en términos electorales.
Lo cierto, lo incontrovertible es que después de atender la convención y de tener la oportunidad de oír las intervenciones del exministro Carlos Holmes Trujillo, Paloma Valencia, el doctor Rafael Nieto, María Guerra y el senador Iván Duque, queda claro que en materia ideológica y programática, los aspirantes presidenciales pasaron sobradamente el examen.
En diálogo con LOS IRREVERENTRES, la congresista María Fernanda Cabal aseguró que “tenemos con qué ganar. Tenemos madera fina. Fue un placer poder escuchar a tantos candidatos con propuestas inteligentes y entregados a una causa, que es la patria”.
Ahora, tienen que seguir haciendo la campaña para conquistar el corazón de los colombianos. Trabajando con mucho compromiso y sin caer en la tentación de la pereza, porque como bien dice el presidente Uribe, “el pueblo va relegando a los miedosos”.
Publicado: mayo 8 de 2017