No estuvo rodeada de esbirros del neo comunismo traficante de droga de nuestros días; tampoco la acompañaron financistas sin escrúpulos que se relamen las manos con la sangre de miles de familias condenadas a morir civilmente, ahogadas por los intereses de unas deudas que nunca podrán pagar. (¿Qué hay detrás de los juegos de la cartera bancaria, cuando al final de la persecución el resultado es desastroso?); y mucho menos se acordaron de ella quienes hoy fungen como líderes de este gobierno sin trascendencia alguna, que además, se pasa por la faja la ley.
El pasado 13 de mayo, la Virgen de Fátima, gran ausente de los Diálogos de La Habana (en esa mesa tétrica sí tuvieron espacio babalaos, santeros y brujos cubanos, quienes tuvieron el descaro, en las narices de todos, de consagrarle el país al demonio en Cartagena), celebró 100 años de sus apariciones en la Cova de Iria en Portugal.
La Madre de Dios, en fin, estuvo con su pueblo fiel, caminando en muchas calles y países del mundo, dando vida a esa campaña creada por iniciativa de cientos de seguidores marianos llamada Rosary Run, que es el más hermoso testimonio de una vibrante y poco publicitada realidad.
Colombia no se quedó atrás: Bogotá, Manizales y Barranquilla organizaron sendas marchas, en donde miles de personas caminaron por rutas vigiladas por la Policía, con impecable comportamiento, mientras como gran familia mariana, rezaban el santo Rosario.
En Bogotá llovió intensamente durante la noche del sábado, hora en la cual se llevó a cabo esta gran campaña mariana en vías principales del Occidente capitalino. Más de 5 mil personas se hicieron presentes, y pidieron a la Virgen de Fátima su intercesión por Colombia.
La gente sabe que estamos viviendo algo muy duro, eso que en la Biblia llaman tribulación; no obstante, a pesar de la lavada y el frío, nadie se echó para atrás, se mantuvo firme, consolidando desde la Fe la Esperanza, esa que nunca se pierde, y que nadie, ni siquiera los babalaos, santeros y brujos cubanos nos pueden quitar. Porque los colombianos, en una silenciosa y orante mayoría, somos una Nación creyente.
Empezó en nuestro territorio la batalla espiritual más importante de nuestra historia, una batalla que no tiene prensa ni titulares, sino que se libra delante de Jesús Sacramentado, con vigilias, ayuno, viviendo horas enteras de meditación y oración humildes, para enfrentar a ese poder malvado e invisible que se mete en los corazones y las mentes de quienes hoy gobiernan a Colombia.
La lucha no será fácil, pero… ¿Quién como Dios?
Con todo respeto: Recordemos esa gesta valiente del cardenal Stefan Wyszyński, el inolvidable Primado de Polonia, que sirvió como compañero de batalla al gran Karol Wojtyla, cuando antes de llegar a Roma como Papa Juan Pablo II, supo enfrentar con coraje y decisión el terror de las ideologías que atentan contra lo mejor del ser humano. ¡Colombia es mucho más de lo que creen sus gobernantes, y gracias a la Fe de su gente, pasará por encima de cualquier perversidad que le quieran imponer!
¡Los criminales que hoy auxilian al #ForoDeSaoPauloMafioso No pasarán!
Publicado: mayo 17 de 2017