Pareciera que el presidente de la República tiene en su imaginario la idea de que los colombianos somos borregos de su mandato, que así como sucede en el Congreso de la República, los colombianos nos comportaremos como notarios, aprobando y aplaudiendo la claudicación de nuestra democracia al servicio de los miembros de las Farc.
Imaginen un país, donde el gobierno hace un trato con responsables de crímenes atroces, les ofrece prebendas irrisorias que ponen en crisis la democracia: imaginen un gobierno borrego de la voluntad del grupo insurgente, imaginen un congreso que aprueba a ciegas los mandatos del ejecutivo, e imaginen un pueblo que aceptará todo sin manifestar su inconformismo.
Lo descrito pareciera ser el reflejo de nuestro país, pero no es así, pues a pesar de que el ejecutivo y legislativo y hasta el judicial, parecieran volverse borregos de la voluntad de las Farc, los colombianos nos levantaremos pacíficamente para manifestar nuestro inconformismo a las políticas del gobierno.
En nuestro país, como uno de los mayores logros de nuestro Estado Social de Derecho, la soberanía recae en el pueblo, no en sus dirigentes, por eso, quizás el único salvavidas que tiene nuestra democracia sea la voluntad popular, voluntad que debe ser manifestada en las calles. Los colombianos debemos demostrar que no somos borregos del contrato entre Farc y gobierno.
No hay división política que impida que nazca la esperanza de recuperar el rumbo de nuestro país, las afinidades políticas no deben ser excusa, el 1 de abril los colombianos daremos una dura batalla en las calles, demostraremos que no aceptamos imposiciones que pongan en crisis nuestro sistema democrático.
El 2 de octubre de 2016, logramos derrotar maquinarias políticas al servicio de la voluntad de las Farc, logramos manifestar nuestro inconformismo con un proceso de paz, que es necesario, pero no con las prebendas ofrecidas.
La lucha sigue y es nuestro deber salir a las calle este 1 de abril para rechazar, entre otras, que Farc a la fecha, después de firmado el acuerdo de paz, solo haya entregado 16 niños de los más de 3.000 niños que se encuentran aún privados de su libertad.
La lucha sigue y es nuestro deber salir a las calle este 1 de abril para rechazar, entre otras, que el gobierno con ayuda de sus notarios de la Unidad Nacional nos imponga una Justicia Especial para la Paz, cargada de impunidad y de desmanes que ponen en riesgo la institucionalidad característica del Estado Social de Derecho.
La lucha sigue y es nuestro deber salir a las calle este 1 de abril para rechazar, entre otras, la corrupción de gobierno; la historia no se puede repetir, los colombianos no podemos callar ante el elefante blanco que vuelve a rondar la casa de Nariño. Ya una vez cometimos un error, cometerlo dos veces volvería la corrupción como un política de gobierno.
La lucha sigue y es nuestro deber salir a las calle este 1 de abril para rechazar, entre otras, que los políticos se roben el dinero de las regalías de La Guajira, mientras los niños mueren de hambre por desnutrición.
Son muchas las razones, que nos motivan a salir a marchar este 1 de abril, debemos demostrar que no somos borregos de la voluntad de las Farc, es nuestro deber salir a manifestar nuestro inconformismo, la calle nos espera.
Publicado: marzo 23 de 2017