El país debe observar la metodología con la cual van a configurar los exguerrilleros la militancia del partido fariano.
Melcochudo el nombre de “Voces por la paz” que han comenzado a promocionar los desmovilizados y activistas de las Farc para su nueva estructura legal. Parece una organización de madres comunitarias o de una asociación de mujeres y hombres solterones que quieren estar al lado del santismo ectópico. Al partido de las Farc le están buscando nombre – materile rile rile lo – ¿Qué nombre le pondremos?
Para ese momento supremo el Secretariado llamará a sus asesores nativos e internacionales que saben de nombres cautivadores para las masas proletarias colombianas y que sean, ojalá, acordes con su devenir histórico. Mucho que lo van a necesitar para que no los confundan con los partidos actuales, esa galería de amontonamientos que ellos pretenden dejar atrás, mucho más luego de haber agotado el “gobierno de Transición” a cuya cabeza colocarán a Humberto de la Calle, si la Unidad Nacional se amplía con ellos los farianos legalizados. Si allí no pega la cosa, se aliarían con la coalición de izquierda que tendrá como candidato a Sergio Fajardo Valderrama.
En todo caso el partido de las Farc, el más bien financiado desde el siglo XIX, ofrecerá a manos llenas su condición de compañero de ruta a los burgueses o pequeño-burgueses que acepten sus tesis de transición al socialismo del siglo XXI, sobre las sólidas bases conceptuales escritas en cinco tomos y una cartilla por Hugo Chávez Frías. Y por supuesto las tesis del Kerensky colombiano en el poder.
El país debe observar, seriamente y con preocupación, la metodología con la cual van a configurar los exguerrilleros la militancia del partido fariano. Los menores de edad están siendo evacuados de las filas de los adultos para llevarlos, bajo el cobijo del ICBF a lugares de resguardo, siempre conectados con los ahora directivos del partido. Esos niños serán el componente juvenil. Por eso tanto secretismo aupado por el ICBF y los funcionarios internacionales.
El otro componente del partido son los militantes fundadores, o sea los excombatientes que serán cedulados por la Registraduría, lo cual es lógico y pertinente. Lo original del método es que permanecerán ligados a las estructuras del nuevo partido por medio de la administración directa de los subsidios y auxilios de nómina, con los cuales afianzarán a sus hombres a la nueva organización leninista del partido fariano. Esta misma estrategia se está aplicando a los amnistiados que se encuentran en las cárceles. Una vez en libertad, la Onu los traslada a los centros de concentración. Por lo visto nadie se saldrá de la fila, y tratarán de mantener una estructura eficiente basada en la lealtad y la disciplina, similar a las SS del partido nacional-socialista de Adolfo Hitler.
Un tema a resolver es el de las milicias, miembros clandestinos de las Farc, adscritas al Movimiento Bolivariano y de carácter urbano. Dicen los observadores que pueden estar en una relación de un guerrillero por tres milicianos. Con este ad-látere militar, los desmovilizados serían veintiún mil hombres y ello justificaría el desnivel en la entrega de armas. En fin, el partido de las Farc brotará de las trincheras y de las organizaciones sindicales y agrarias con la férrea disciplina del comandante y el votante. Una minoría apasionada y obediente hasta que se acabe la plata.
Queda por saber dónde quedará el PC3, Partido Comunista Clandestino. No es tan difícil deducir que sean los mismos militantes clandestinos de las células que cumplían labores logísticas y de apoyo miliciano.
Convocatoria: el 1 de abril saldremos a marchar contra toda la podredumbre santista y la claudicación ante las Farc. Nadie en casa ni siquiera las mascotas.
Jaime Jaramillo Panesso
Publicado: marzo 14 de 2017