Daniel García se abstendrá de participar de reuniones del CD mientras se resuelve su situación jurídica por el caso Odebrecht.
Daniel García en la oficina de Uribe
La semana pasada, Daniel García se presentó en la oficina del presidente Álvaro Uribe en el capitolio nacional, para participar en una reunión de la dirección política del Centro Democrático.
Como es conocido, el presidente Uribe no estuvo en dicha reunión, pues aún debe atender en su casa de Rionegro la incapacidad médica que le fue ordenada como consecuencia de la cirugía que hace unas semanas le fue practicada.
Daniel García, quien fue contratista de Odebrecht después de haber salido del gobierno del presidente Uribe, hace parte del grupo de personas que han sido llamadas por la fiscalía general de la nación para responder preguntas en el marco de la investigación del caso Odebrecht.
Asistencia imprudente
Aunque García no es culpable, ni ha sido condenado, políticamente era imprudente que continuara participando en las reuniones del Centro Democrático, hasta que no se aclare su situación.
Su asistencia a la reunión de la semana pasada, dio pie para que los enemigos del uribismo tuvieran herramientas de ataque tanto al partido como a la persona del presidente Uribe, quien no fue ni consultado ni avisado previamente de que Daniel García asistiría a dicho encuentro.
Una carta oportuna
Por eso, resulta muy oportuna la carta que García le remitió al presidente Uribe diciéndole que “he tomado la decisión personal de abstenerme de participar en reuniones y actos del partido, hasta cuando se aclare mi situación”.
Ese paso al costado no solo le ayuda al Centro Democrático, sino al propio Daniel García quien podrá dar las respuestas a las preguntas que tiene tanto la fiscalía como el consejo electoral, sin ningún tipo de ataduras ni compromisos políticos. Sea cual sea la verdad, ésta debe salir a flote para efectos de determinar las responsabilidades a que haya lugar.
El pataleo de un delincuente
El exalcalde Bogotá, Samuel Moreno, hallado culpable del robo a la capital colombiana y condenado a 24 años de prisión, parece no tener un ápice de vergüenza ni conocimiento del decoro y el honor.
En vez de cumplir la merecida sentencia que le fue impuesta de forma silenciosa, Moreno intentó una maniobra en la corte suprema que le salió mal, pues era, a todas luces, una bribonada.
A través de uno de sus abogados, Moreno pretendió que la sala penal de la corte suprema lo reconociera como “víctima” de las supuestas chuzadas del DAS. Y para justificar su absurda petición, alegó que durante la campaña que lo llevó a la alcaldía de Bogotá, el entonces presidente Uribe lo había señalado de tener vínculos con las Farc.
Según el convicto exalcalde, aquellos señalamientos motivaron a que el DAS interceptara sus comunicaciones e hiciera seguimientos.
Así debió suceder
La verdad es que fue un error que el DAS no hubiera interceptado ni seguido a Samuel Moreno. Porque si se hubiera adelantado aquella actividad, muy posiblemente ese sujeto, con la ayuda de su hermano Iván –también condenado por la justicia colombiana- no habrían podido montar la banda criminal de asaltantes que se robó hasta los huecos de Bogotá.
Desde antes de ganar las elecciones, se sospechaba que Samuel Moreno y su hermano tenían en mente un plan macabro para saquear a la capital colombiana. Algunos periodistas lo evidenciaron, pero las denuncias no impidieron que él ganara las elecciones como candidato del Polo Democrático.
La respuesta de la corte suprema
Para la corte suprema, Samuel Moreno no es víctima de absolutamente nada. No existe la menor evidencia de que él hubiera sido interceptado, razón por la que su solicitud fue denegada de manera fulminante.
La conclusión que queda es que ese criminal es, en efecto, el victimario y no la victima.
Publicado: marzo 27 de 2017