La cuestionada gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, procesada en la Corte Suprema de Justicia por el delito de lavado de activos y también denunciada por posibles vínculos con integrantes de las AUC, sigue en el ojo del huracán.
En el reciente informe sobre Control de Narcóticos emitido por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, en el que Colombia recibe una muy baja calificación por cuenta de la laxitud del gobierno en la lucha contra los cultivos de coca controlados por las Farc (puede leer “Estados Unidos confirma que Colombia es un mar de coca”), se hace una referencia directa a la corrupción generada por los vínculos de dirigentes políticos con estructuras dedicadas al tráfico de estupefacientes.
En el documento se hace mención a las elecciones regionales que tuvieron lugar en octubre de 2015, citando el puntualmente el caso de Dilian Francisca Toro en los siguientes términos: “La gobernadora electa del Valle ha sido investigada por enriquecimiento ilícito relacionado con el tráfico de drogas”.
Aquella mención es en extremo delicada, pues es una evidencia más de las actividades ilícitas de quien lleva las riendas de uno de los departamentos más importantes de Colombia, ahora en la mira de las autoridades colombianas.
El brazo de la justicia, milagrosamente no ha alcanzado a Dilian Francisca Toro. Ella se ha salvado de los múltiples señalamientos que en el mundo del hampa se han hecho en su contra.
Hace más de 3 años el capo del narcotráfico, Diego Montoya, alias Don Diego se refirió a ella desde una cárcel en los Estados Unidos y confesó haberle ayudado electoralmente en sus aspiraciones al senado de la República.
Igualmente, dijo alias Don Diego que en el año 2000 le entregó alrededor de 300 millones de pesos a Dilian Francisca Toro para ayudarle a financiar su campaña a la gobernación.
La situación de la mandataria departamental, quien ha podido sortear la acción de la justicia, puede complicarse a raíz del informe del Departamento de Estado. La nueva política exterior de los Estados Unidos frente al terrorismo y el narcotráfico es implacable. El presidente Trump está decidido con acabar a lo que él ha denominado los “hombres malos”, en referencia a los narcos, pero también a sus cómplices en todos los niveles.
Igualmente, el nuevo fiscal general, Jeff Sessions es reconocido por su radicalismo en la lucha contra todas las amenazas que se puedan extender contra la sociedad norteamericana. Sus posiciones respecto al narcotráfico son quizás más fuertes que las del propio presidente Trump.
Con ese panorama al frente sumado al delicado señalamiento hecho por el departamento de Estado contra Dilian Francisca Toro, el futuro de la gobernadora vallecaucana no es el más halagüeño.
Publicado: marzo 6 de 2017