El próximo 1 de abril, los ciudadanos que votaron NO en el plebiscito saldrán a manifestar su oposición a Santos.
A la calle
Mientras Santos y sus aliados de las Farc se dirigen hacia las denominadas zonas veredales, la oposición liderada por el Centro Democrático se prepara para convocar a la ciudadanía a marchar en contra de los abusos y desmanes de la coalición Santos-Timochenko.
El exprocurador Alejandro Ordóñez se sumó a la iniciativa a través de una enérgica proclama: “Movilicémonos en todas las ciudades contra este gobierno corrupto y dictador…”.
Santos desbordado
Tal y como se advirtió desde el mismo instante en que el gobierno se robó el plebiscito al desconocer de manera abusiva la victoria incontrovertible del NO, a través de la ilegítima figura del fast track se va a destrozar lo que queda de la constitución colombiana.
El gobierno dijo que el supuesto nuevo acuerdo con las Farc no entraría a hacer parte del bloque de constitucionalidad y mintió, pues a punta de artimañas las más de 300 páginas del documento de claudicación del Estado ante el terrorismo de las Farc quedarán perfectamente incrustados en la Carta política.
Convidados de piedra
Para blindar el acuerdo espurio con las Farc, Santos hizo aprobar una monstruosidad jurídica: los próximos 3 gobiernos, es decir hasta el año 2030, no podrán modificar una coma del documento firmado con Timochenko.
Aquello, en la práctica, significa que los electores no podrán decidir democráticamente cuál debe ser el rumbo de Colombia durante los próximos 3 periodos presidenciales.
Soberanía popular liquidada
A través del voto, los ciudadanos eligen al gobierno de sus preferencias. El pueblo, que el pasado 2 de octubre votó en contra del acuerdo Santos-Timochenko, decisión mayoritaria que fue alevosamente desconocida por el presidente de la República, seguramente querrá ratificarse votando por un candidato que proponga liderar un replanteamiento de la entrega de la democracia colombiana.
De nada servirá cuál sea la decisión de las mayorías porque Santos, como cualquier tirano, “dejó todo atado y bien atado” para garantizar que las Farc sean intocables mientras afianzan la toma total del poder político y económico de Colombia.
Colombia congelada
Mientras dure la “veda” impuesta por Santos a través del fast track, el país quedará totalmente congelado. Quien ocupe la presidencia no tendrá poder para cumplir con la voluntad de los ciudadanos que lo elijan.
Si el próximo presidente de Colombia es alguien que resulte impulsado por la coalición que promovió el NO, estará maniatado para reversar monstruosidades como la denominada justicia especial para la paz o la posibilidad de que responsables de crímenes de lesa humanidad puedan ocupar cargos de elección popular.
Movilización masiva
Santos y Timochenko sienten que su poder es omnímodo y que nadie podrá atravesarse ante sus caprichos. Creen que el pueblo, que los desprecia, observará cruzado de brazos la usurpación de los valores republicanos de Colombia.
No la tendrán fácil. La convocatoria que empezó a hacer la oposición liderada por el Centro Democrático para salir a las calles el próximo 1 de abril será un evento multitudinario. Para muchos, esa marcha será el segundo round del plebiscito del 2 de octubre y el lanzamiento formal de la campaña presidencial de 2018.
Publicado: febrero 23 de 2017