Álvaro Uribe resalta todos los elementos que deben ser corregidos del acuerdo con las Farc para evitar el castro chavismo.
El trino de Uribe
Gran debate se produjo al finalizar el fin de semana por cuenta de un trino enviado por el expresidente Álvaro Uribe en el que escribió: “Centro Democrático no propondrá revocar acuerdos con Farc, pero luchará para introducir los ajustes que taponen el camino castro-chavista”.
La reacción de diversos sectores no se hizo esperar. Algunos, desconcertados, se apresuraron a concluir que el expresidente estaba descalificando al senador José Obdulio Gaviria, quien hace pocos días aseguró que de ganar las elecciones, la coalición que triunfó defendiendo el NO en el plebiscito de octubre del año pasado revisará muchos aspectos del acuerdo con la guerrilla.
Aclaración del expresidente
Al leer detenida y reposadamente el argumento del presidente Uribe, se concluye que, al contrario de lo que muchos alcanzaron a decir, su propuesta es exactamente igual a la de José Obdulio.
En términos generales, lo que el presidente Uribe ha dicho es que hay muchos elementos del acuerdo de paz que no se pueden desechar. Uno de ellos, apoyo a la desmovilización de los guerrilleros de la base. Nadie en Colombia se opondría a que los miles de guerrilleros que integran a las Farc y que no están incursos en crímenes de lesa humanidad entreguen sus armas y se reincorporen a la vida civil.
Para esos casos, el presidente Uribe está de acuerdo con que se conceda amnistía amplia y generosa a los miembros de las Farc: “El Centro Democrático tiene claro que hay que proteger y dar todas las oportunidades a los guerrilleros de base desmovilizados…”, escribió Uribe en un artículo remitido a la redacción de LOS IRREVERENTES.
Fast Track desbordado
En su análisis, el expresidente Uribe advirtió que Humberto de La Calle como arquitecto de la constituyente de 1991, “en asocio con Farc, se ha inventado la manera de conceder impunidad y elegibilidad política a los responsables de delitos atroces; han convertido al narcotráfico en delito político, han inspirado el desconocimiento del plebiscito y quieren hacer del fast track un poder para dictar normas sobre lo humano y lo Divino”.
Una doble columna
Para entender este asunto, es importante hacer una doble columna. En una de ellas, poner todos los elementos del acuerdo con las Farc que no generan rechazo, como los ya mencionados por el expresidente Uribe. Nadie se opone a que la guerrilla se concentre, entregue sus armas, proceda a desmovilizar y reincorporar a la vida civil a sus hombres. Tampoco, hay oposición a que las Farc reparen a sus víctimas, cuenten la verdad de los hechos de violencia y reconozcan sus errores de manera pública y sincera –acciones que no están en los acuerdos y que los votantes del NO han demandado de manera insistente-.
Así mismo, no hay oposición a que las Farc desincorporen a los niños que tienen reclutados forzosamente. En ese punto es fundamental que la devolución de menores de haga en el menor tiempo posible y que todos, absolutamente todos los niños sean entregados al ICBF.
La otra columna
Pero también hay que hacer una segunda columna en la que se incluyan todos los aspectos por los que la ciudadanía votó NO. En su artículo, el expresidente Uribe hace una primera aproximación: jueces para las Farc que son afines ideológicamente a ellos. La imposibilidad de que la justicia ordinaria revise los fallos proferidos por la denominada justicia especial de paz. Narcotráfico como delito político en el caso de los cabecillas de las Farc incursos en ese delito –en este punto, valga recordar que la cúpula de las Farc tiene cuentas pendientes con la justicia de los Estados Unidos que los ha solicitado en extradición por cargos relacionados con el tráfico internacional de estupefacientes (Al respecto, puede leer “Los extraditables de las Farc”).
Otros elementos enunciados por Uribe son la no sanción para crímenes atroces, particularmente el de reclutamiento de menores y la impunidad para la denominada farcpolítica.
Descalificación al uribismo
El gobierno, que no pierde oportunidad para descalificar al uribismo, ha vuelto a la carga con la falsa acusación de que el Centro Democrático es el partido de la guerra. Nada más alejado de realidad.
Lo que el senador José Obdulio Gaviria hizo hace unos días fue recordar que, de ganar las elecciones, se hará respetar la voluntad popular expresada en el plebiscito del 2 de octubre. Y eso mismo, de manera más detalla fue lo que hizo el expresidente Uribe al separar las armas y poner de un lado aquello que no genera controversia del acuerdo con las Farc y al otro el cúmulo de elementos que, de no ser corregidos, indefectiblemente conducirán a Colombia por el azaroso camino del castro chavismo.
Publicado: febrero 20 de 2017