Colombia vive hoy, un momento en extremo delicado. Por un lado nuestro gobierno Santos negoció un Acuerdo de Paz con las Farc, dejando por fuera posiciones importantes del NO. De ese NO que ganó, de ese NO que se ha manifestado a través de diversas formas durante estos cuatro años y no ha sido escuchado. A pesar de lo almibarado que puedan sonar las invitaciones a dialogar, paralelamente han estado las declaraciones del Presidente Santos y su Ministro del Interior cargadas de infamia y mentiras. Como dicen una cosa dicen la otra.
Por otro lado están los del SÍ, a quienes respeto, pero, como me hubiera gustado que muchos más se hubieran leído el Acuerdo de Paz. El gobierno logró, y este sí es un logro del gobierno, envolver a los Colombianos con un velo de poca transparencia, con el que lograron tapar mucho de lo cuestionable del Acuerdo. Y vaya que lo logró.
Además muy hábilmente, pero haciéndose el bobo, como es su estilo, logró ubicar la palabra paz en la mente de los Colombianos. Paz que nunca definió distinto a que Colombia llegaría al paraíso. Todavía sigo esperando entrar, porque la cola está larga y nada que se abren las puertas de ese paraíso, que solo puede ser alcanzado por el Presidente Juan Manuel Santos y su milagroso gobierno.
Dedicó mucho esfuerzo y recursos, para la superación de la pobreza que nos acosa, en seguir desprestigiando a Álvaro Uribe Vélez y a su gobierno. Si no creen lo de la pobreza, los invito a darse un paseo por Chocó, el Pacífico y el Caribe. Con eso basta. Ahh, se me quedaba Soacha por fuera.
No logró desprestigiar al expresidente Uribe y si logró perder el plebiscito y su prestigio. Eso sí lo logró y de qué manera. No contento con eso pretende no respetar la decisión de las urnas. Ahora resulta, que uno de las más desprestigiadas instituciones como es el Congreso, es la voz y el querer del pueblo. Ya aprobaron el Acuerdo, andan en ley de amnistía, y todavía no sale concepto de la Corte Constitucional sobre vía para refrendar el Acuerdo. Los tres más desprestigiados y rechazados de Colombia, nos entrarán al paraíso, Farc, Gobierno y Congreso.
Quisiera sentirme segura con la Corte Constitucional, pero sus decisiones manchadas por lo político y los odios, me hacen dudar. Créanme que siento miedo por Colombia, miedo no a la paz, miedo a la manera como se aprobó y el motivo por el cual avanzó y salió adelante el Acuerdo. El odio contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez. Se unieron Farc y gobierno, o como dicen en mi tierra se unieron el hambre con las ganas de comer.
El odio vence todas las posibilidades reales de paz, hace olvidar las necesidades de los más vulnerables. Es un bulldozer que solo aplasta y hace daño. Se lleva lo que sea por delante, con razón o sin razón.
Los uribistas, seguiremos firmes defendiendo su legado y ejecutorias por una mejor Colombia. No habrá odio que nos venza ni nos amilane. El amor por Colombia es lo único capaz de superar el odio. Esa es nuestra tarea, seguir amando a Colombia y sobre todo a aquellos más vulnerables, que los hay por montones.
PD. Los colombianos nos enfocaremos en la persona que sea capaz de recuperar el rumbo del país, como próximo Presidente de Colombia. ¡En eso estamos!
@AliciaArango