Rafael Uribe y Timochenko tienen en común que son violadores; uno irá a la cárcel y el otro al Congreso.
Doble rasero
Parece que la sociedad colombiana tiene un doble rasero a la hora de mostrarse indignada frente a los sádicos que violan y asesinan mujeres. El país entero, y con toda la razón, se encuentra ensoberbecido con el ataque miserable que Rafael Uribe Noguera perpetró contra la niña Yuliana Samboní, pero buena parte de ese país es el mismo que desaforadamente aplaude la impunidad total contra los cabecillas de las Farc que cometieron los mismos delitos de Uribe Noguera.
Lo dice Human Rights Watch
Los validadores del proceso con las Farc alegan que “la paz lo vale todo”, argumento que no es del todo convincente. Mientras demandan modificaciones constitucionales para enviar a perpetuidad a Uribe Noguera –quien merece el peor de los castigos judiciales posibles- voltean la mirada cuando se recuerda que los cabecillas guerrilleros han sido reiteradamente señalados de delitos tremendos contra mujeres y niñas.
En el informe del año 2004 de la ONG norteamericana Human Rights Watch –organización que nadie podrá calificar de ser afecta al uribismo- se lee el relato de una niña que fue reclutada forzosamente por las Farc: “cuando las peladas entran a las Farc los comandantes escogen entre ellas. Hay mucha presión…Uno ve a los comandantes con una cantidad de peladas muy jóvenes. El comandante Topo tenía 52 años, y andaba con una novia de 16. Eso es típico. Ellos buscan a las muchachas jóvenes y bonitas”.
Esclavas sexuales
En ese mismo informe se lee cómo los cabecillas de las Farc utilizan a las niñas como esclavas sexuales, impidiéndoles decidir libremente sobre su capacidad reproductiva: “Las muchachas guerrilleras tienen muy pocas posibilidades de decidir tener hijos. Se exige el uso de anticonceptivos a las guerrilleras de hasta 12 años de edad, con frecuencia mediante la inserción de dispositivos intrauterinos por parte de las enfermeras. Es más, las muchachas de las Farc que quedan embarazadas tienen que abortar casi invariablemente”.
Timochenko es, como Rafael Uribe Noguera, un violador
El futuro de Rafael Uribe Noguera se escribirá en una miserable celda de la cárcel La Picota que es el lugar en el que merecen estar personas de su naturaleza. Mientras tanto, el futuro de Timochenko será, muy posiblemente, en el Capitolio Nacional.
Lo increíble es que ambos son igual de violadores y de asesinos de mujeres.
En Mogotes, departamento de Santander, hace más de 20 años fue secuestrada, violada y descuartizada una monjita que se dedicaba a atender a ancianos desplazados por la violencia de las Farc. El crimen ha permanecido en la más ignominiosa de las impunidades y desde siempre la comunidad ha señalado a alias Timochenko de haber sido el perpetrador de ese escalofriante delito.
Dirán los enceguecidos promotores del SÍ que no es lo mismo, que Uribe Noguera es un animal y que Timochenko – Timo para los amigos- es “un insurgente que se vio obligado a alzarse en armas”. Y así, con ese doble rasero se pretende hacer una paz “estable y duradera”.
@IrreverentesCol