Hace ya seis años que me acerque al PNUD a indagar por el Programa de Fortalecimiento Democrático para los partidos políticos en Colombia, puesto que tenía interés en saber de ello en razón a que conocía el contenido del Acuerdo Democrático Fundamental suscrito por la mayoría de partidos, en especial por aquellos que habían presentado candidato a las elecciones presidenciales de 2010. En desarrollo de las charlas fui invitado a una exposición hecha por un grupo de parlamentarios provenientes de regímenes políticos distintos al nuestro quienes nos ilustraban de manera práctica sobre la funcionalidad del régimen parlamentario,
El cierre de la exposición estuvo a cargo del ex ministro de Estado, Néstor Humberto Martínez Neira quien realizo una dura crítica al sistema presidencialista y al esquema de partidos en Colombia, haciendo una comparación entre la dedocracia del Partido Revolucionario Institucional que gobernó en México durante setenta años y la manera de escoger candidatos en los partidos tradicionales nuestros, efectuando un símil entre el bolígrafo o lapicero utilizado en algunos casos con el “dedazo” del PRI.
Me pareció estar asistiendo a un acto cuyas conclusiones estaban a cargo de un verdadero demócrata. Néstor Humberto Martínez hablo de la necesidad de moderar nuestro régimen imperante y de mejorar nuestro sistema democrático y crecer en democracia. Y hablo de algo trascendental e importante: La necesidad no sólo combatir la corrupción, sino de erradicarla, eliminarla, como estrategia de lucha contra la desigualdad y la pobreza.
Si bien, luego los colombianos lo observamos como Ministro de la Presidencia y muchos entendimos que desde ese cargo poco o nada podría hacer por su propósito trascendental, sí abrigamos la esperanza de que ahora lo hiciera como Fiscal General de la Nación, entidad desde la cual puede trazar el rumbo de la política criminal del Estado.
Y alegra el alma e ilusiona la conciencia, cuando escucha uno decir al Fiscal General de la Nación que «Entre nosotros ha venido creciendo una nueva elite política, cuyo ideario político no es ofrecerle al ciudadano un ideario de Estado y sociedad. Su ideario no es otro que la apropiación del patrimonio de lo público». Esa manifestación se convierte en nada menos que el diagnostico de nuestra realidad frente a la inversión del concepto del servicio público. Hoy el servidor público se cree dueño del Estado y poseedor del derecho a imponer sus antojos y criterios a los asociados en procura de sus intereses individuales, pues para acceder al cargo ha pagado el derecho cuando no al favor popular –el voto-, contribuido con el adelanto de la coima para el nombramiento y la posesión.
Y se pronuncia el Fiscal para advertirnos que estamos ante una sarta de ladrones: “Debo decir con el alma arrugada, que esa nueva generación de dirigentes, algunos de ellos en los ámbitos territoriales, se comportan como se comportaban las organizaciones criminales de los años 90 entre nosotros».
Lo importante es que a nuestro Fiscal General no se le arrugue la voluntad para investigar, castigar y sancionar a los políticos y funcionarios que se están robando y se han robado el dinero que el Estado programa destinar a la atención en salud, educación e infraestructura. Si el doctor Néstor Humberto Martínez nos ayuda a definir una nueva elite política honesta, habrá construido el escenario para la democracia, para que no sólo el dedazo de alguno de los partidos lo escoja como eventual pre candidato, sino que el pueblo colombiano, se vuelque en su respaldo y lo vea e interprete como la solución ante tanta asfixia que le produce una clase política en su mayoría alejada de la ética y dedicada día tras día a llenar sus alforjas. El hijo del Maestro Salustiano Tapias, podría ser el llamado a reparar todos los daños que tiene el “Edifico Colombia” para que así podamos convivir en un ambiente sano, libre de corrupción. Claro que para ordenar el edificio, también habrá que mirar por dentro de la Fiscalía General de la Nación y saber que es lo que está sucediendo en algunas Direcciones y Seccionales, a donde la corrupción también parece haber llegado y que en este mandato no podrá alojarse y mucho menos quedarse.
@AlirioMoreno