A pocas horas de las elecciones presidenciales, Barak Obama, amparado en la Constitución de los Estados Unidos, concedió 98 perdones presidenciales completando así la cifra de 872 personas condenadas que han sido perdonadas o sus sentencias conmutadas durante su mandato.
El número de perdones otorgados por Obama es superior a la sumatoria de todos lo que confirieron los 11 presidentes anteriores a él.
De acuerdo con algunos conocedores, estos 98 perdones serían los últimos que asignaría Obama, quien saldrá de la Casa Blanca el próximo 20 de enero de 2017. Así las cosas, las especulaciones sobre el perdón que se le concedería a Ricardo Palmera, alias Simón Trinidad, se quedarían en el plano del chisme y la suposición.
Días antes de que tuviera lugar el plebiscito, el entonces jefe de debate del mismo, César Gaviria aseguró que el presidente Barak Obama conmutaría la pena de Simón Trinidad ordenando su libertad inmediata, hecho que se debería entender como un aporte del gobierno de los Estados Unidos al proceso de paz.
Lo curioso del anuncio de Gaviria es que ningún funcionario del gobierno de los Estados Unidos pudo confirmar esa tesis, razón por la que muchos observadores concluyeron que el expresidente liberal, quien claramente no tiene acceso a la oficina del presidente de los Estados Unidos, estaba especulando.
Y el tiempo ha confirmado que así era. El primer mandatario estadounidense acaba de suscribir 98 perdones, la mayoría de ellos a favor de personas que ya cumplieron sus sentencias con lo que este no deja de ser más que un acto protocolario cuyo único efecto es que los receptores de los mismos no van a aparecer con el antecedente en los archivos criminales.
Al revisar la lista de los beneficiarios, casi todos condenados por posesión o distribución de drogas ilícitas, se encuentra que en ella hay muy pocos latinos.
El presidente de los Estados Unidos está facultado para perdonar o para conmutar sentencias. En esta ultima decisión adoptada por Obama, personas que estaban condenadas a cadena perpetua, recibieron rebajas sustanciales en las mismas.
Está el caso de Shane Derek Brown, condenado en 2002 a 262 meses de prisión por posesión de 50 o más gramos de crack. Gracias a la decisión de Obama, no tendrá que cumplir los 7 años que aún le quedan de condena y será liberado el próximo 24 de febrero de 2017.
Otro ejemplo es el de James Browning quien estaba condenado a cadena perpetua por distribución de cocaína. Fue liberado inmediatamente con la condición de que se someta a un tratamiento para controlar su adicción a las drogas.
Está claro que los Estados Unidos respaldan al proceso de paz de Santos con las Farc por respeto a la decisión soberana que ha tomado el presidente de Colombia. Pero aquello no significa que la justicia estadounidense vaya a hacerse la de la vista gorda frente a los crímenes que los cabecillas de esa estructura guerrillera han cometido contra su país. Por eso, las solicitudes de extradición seguirán en pie y jefes terroristas como Simón Trinidad y alias Sonia continuarán purgando las penas que les fueron merecidamente impuestas por jueces federales.
@IrreverentesCol