Los búlgaros son los únicos habitantes del mundo que cuando dicen Sí quieren decir No y viceversa. Moviendo la cabeza de un lado a otro, contrario al resto del mundo. Se parecen a Juan Manuel Santos (JMS) que cuando dice que Sí (es todo lo contario) y mueve negativamente la cabeza de izquierda a derecha, y cuando dice No la mueve afirmativamente de arriba abajo.
Dice una leyenda búlgara que el origen de este curioso comportamiento, es que el pueblo de Bulgaria estuvo ocupado durante cinco siglos por Turquía. Cuando estaban bajo el dominio de estos, la mayoría de ellos fueron obligados a cambiar de religión de forma violenta y la manera de convertirlos al Islam era ponerles un cuchillo pegado a la garganta para preguntarle si quería cambiar de religión, de manera que al responder que No girando la cabeza de un lado al otro, el cuchillo se deslizaba por el cuello y el paciente quedaba sin cabeza.
De esta manera los búlgaros decidieron que lo mejor para salvar sus vidas era hacer la señal de Sí, es decir moviendo la cabeza de arriba a abajo para no morir, aunque pensaran que No. Así se libraban de la muerte, a la vez que se mantenían fieles a sus creencias religiosas. Esta costumbre parece fue copiada por JMS y los colombianos hemos podido llegar a entender cuándo se expresa acerca de cualquier tema cual será el resultado; cuando quiere aprobar una cosa la niega y cuando la quiere negar la afirma.
Al presidente Santos hay que saber interpretarlo, cuando dice sí es porque es no y cuando dice que no es porque es sí. Ya hemos aprendido, es larga ya la historia de esa postura. Por ejemplo, dijo que no acabaría con la política de seguridad democrática y sí la acabo. Otro día dijo que no habría curules a dedos para los guerrilleros y era que sí lo habría. Otro día dijo que sí habría cárcel para los delitos de lesa humanidad y resulta que no la hubo. Dijo que no iba a subir impuesto y sí los va a subir. Dijo que sí había una guerra en Colombia y no la hay. Dijo que no vendería Isagén y sí la vendió. Dijo recientemente que no tiene cáncer y sí lo tiene. No puede entender el pueblo colombiano de un presidente, que con gran solvencia, “hace lo que le da la gana”, no utilice esta férrea posición en el momento de la negociación diciéndole a las Farc, No en algunos puntos fundamentales para la estabilidad democrática de lo acordado en La Habana.
Gracias a la sabiduría del pueblo soberano no ha triunfado la mentira, cuando dijo que No contra todo pronóstico de que ganaría el Sí. Deberán los líderes del No seguir insistiendo en su revisión y no implementación y hacer como se hizo en Chipre en el 2004 (que el pueblo rechazo con un No un acuerdo de paz), que aunque podía ser renegociado no se ha hecho y han pasado más de 10 años sin un nuevo acuerdo y el cese al fuego de ha mantenido gracias a la presencia de la ONU que mantienen separados a los bandos enfrentados.
@rodrigueztorice